28 de Abril

Hoy, a siete días de cumplirse la segunda intervención norteamericana a la República Dominicana, el 28 de abril de 1965, debemos aprender que los países se respetan cuando recuerdan sus grandes luchas para alcanzar y preservar su soberanía. En esta fecha fueron pocas las voces que acudieron a las tribunas para enaltecer la valentía de los dominicanos que asumieron la responsabilidad de enfrentar la mancillante pisada foránea.

Lo patriótico supera lo político porque en su dimensión solo predomina el fervor de preservar la hermandad que significa la identidad de un pueblo en sus creencias culturales, religiosas y cívicas. Hoy, frente a una inminente intervención mediática de las grandes potencias, los pseudo dominicanos que a ellos se deben por la mejoría de su calidad de vida, han mantenido una campaña sistemática en favor de la fusión de la isla, para beneficiar los intereses mercuriales que con irresponsabilidad esos interventores consuetudinarios han ejercido para influir en las decisiones de Estado, que solo compete a los que defienden el compromiso de sus orígenes.

Cincuenta años es poco para lo que significa transmitir a las generaciones por venir el valor sacrosanto que significa nacer y morir con identidad e independencia. No hay un mejor legado para nuestra descendencia el de que asuman como prioridad el respeto a la dignidad humana, como reconocimiento de sentir que nuestras vidas fueron útiles, en la medida en que exigimos ese mismo respeto en lo más valioso que tenemos, que es nuestra dignidad, y así entender que sin honra y decoro es imposible consagrarse con la Patria, como exclamó el prócer Juan Pablo Duarte, “Vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin honor”.

De cara a las elecciones del 15 de mayo, es oportuno mandar un mensaje al mundo de que en la República Dominicana las decisiones domésticas se toman entre los dominicanos y que ninguna representación externa, por poderosa que sea, podrá atentar contra la autodeterminación que nos legaron los fundadores de nuestra nacionalidad. Para nosotros, solo “Dios, la Patria y la Libertad” guiarán nuestros pasos.