La hoja de ruta
No hay buen gobierno sin un buen programa que le sustente. En la administración pública moderna, la planificación ocupa un espacio esencial entre las herramientas que un buen gobernante debe conocer y aplicar. Y si existe un partido en la historia del país que ha aplicado correctamente las técnicas de la planificación, ese es el Partido de la Liberación Dominicana.
Desde 1996 iniciamos con lo que fueron las primeras propuestas de planes decenales para la educación e implementamos disposiciones para asegurar la gestión por resultados. Ya para 2012 estábamos promulgando la primera Estrategia Nacional de Desarrollo de la República Dominicana, que nos guía hacia el desarrollo integral del país.
Los gobiernos del PLD han sido pioneros en la promoción y puesta en marcha de herramientas que obligan a la planificación presupuestaria y de objetivos, que aseguran una mejor inversión de los recursos públicos puestos a la disposición del Estado.
En una dinámica correcta del ejercicio del poder, la alta jerarquía que gobierna planifica y distribuye los lineamientos que pasarán por todas las unidades de la organización, quienes a su vez enviarán a la jerarquía gobernante, las informaciones necesarias para realizar un ejercicio de evaluación y retroalimentación de las políticas implementadas.
Claro está, el ejercicio de la planificación no inicia con la llegada al Gobierno. Se inicia durante la campaña política, cuando quien aspira presenta al electorado sus propuestas, que deben estar sustentadas en un análisis profundo de la realidad socioeconómica y de las posibilidades presupuestarias del Estado.
Quienes hacen propuestas alegres durante el período político, cometen el crimen de la mentira contra quienes le votarán en las elecciones. El electorado debe evaluar a un candidato en base a dos realidades: lo que ha hecho y lo que se propone hacer.
En el caso del candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, Danilo Medina Sánchez, a quién acompaño en la boleta, se ha entregado al electorado una obra de gobierno con una economía en crecimiento y con grandes transformaciones en la pequeña y mediana empresa, el turismo, la agricultura, las zonas francas, la construcción y el comercio.
Más que nada, el más importante resultado que puede presentar el actual gobierno, es haber sacado a casi un millón de personas de la pobreza y haber generado más de 400 mil empleos.
Para un nuevo ejercicio gubernamental, es decir, lo que se va a hacer en los próximos cuatro años, se ha presentado un plan de gobierno que se ha nutrido de numerosos aportes de los ciudadanos y las ciudadanas, y que propone profundizar los cambios que han operado en el país.
Como ha dicho el presidente Medina, este nuevo programa de gobierno se propone “continuar, profundizar y acelerar los cambios hacia el nuevo modelo de desarrollo de prosperidad con equidad”.
Es por esa razón, que el 80% de las acciones incluidas en el programa, están relacionadas con el ámbito social, para que las riquezas que genera el país, puedan ser distribuidas con justicia social.
Si se quiere ver hacia dónde va un país, verifique la hoja de ruta que guía sus acciones. Si se quiere saber quién aporta más a la construcción de una mejor sociedad, revise las propuestas que hace el candidato. Sin una buena hoja de ruta, no avanza el país hacia un mejor destino.
La autora es vicepresidenta de la República.