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Vuelve la ofensiva de fusión con Haití

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Vinicio A. Castillo SemánSanto Domingo

La semana recién transcurrida, la llamada Mesa Nacional para Migraciones pidió un nuevo Plan de Regularización para documentar a 200,000 haitianos ilegales, adicionales a los 288,000 a los cuales el gobierno del presidente Danilo Medina (en violación a la ley y a los requisitos exigidos en su propio decreto), les otorgó estatus migratorio legal en la República Dominicana.

Haití, actuando a través de sus organizaciones de inmigrantes y en acuerdo con la comunidad internacional, vuelve al ataque contra el corazón de la soberanía de la República Dominicana. Lo hace ejecutando un plan que el poder extranjero tiene para fusionar a nuestro país con Haití, a través de un proceso de regularización de más de un millón (1,000,000) de haitianos ilegales como pasó previo a otorgarle la nacionalidad, tal y como se lo pidió el secretario general de la ONU, Ban ki-moon, al presidente Danilo Medina en Panamá el año pasado.

¿Por qué los haitianos vuelven con esta solicitud de nueva regularización, después que se le dio año y medio para que pudieran hacerlo? Lo hacen porque el Plan Nacional de Regularización, tal y como fue concebido por la sentencia del Tribunal Constitucional 168-13 que lo ordenó, concibió que todo ilegal que no se acogiera al mismo fuera repatriado a su país y bajo la premisa lógica, de que se tomarían los controles necesarios en la frontera dominico-haitiana para detener el flujo migratorio de ilegales.

Lo ocurrido fue exactamente todo lo contrario para los intereses de la República. El presidente Danilo Medina, después de invertir más de 2,000,000 de pesos en el Plan Nacional de Regularización, al concluir el mismo, no deportó a los que no se inscribieron en dicho Plan, tal y como había prometido en la Asamblea General, el 27 de febrero del año 2015, y mantiene hasta la fecha la frontera abierta de par en par para que millares de ilegales haitianos sigan entrando en nuestro país sin ningún control.

Haití y los poderosos intereses extranjeros que le acompañan en el plan de fusión sólo está aprovechando, con mucha habilidad, la debilidad de la República Dominicana en defender su soberanía. El nivel del flujo de la invasión pacífica ha aumentado sobre el territorio dominicano, por lo que era esperable lo que están haciendo en este momento: pedir papeles e identidades inventadas para todos sus inmigrantes ilegales, con lo cual en los hechos reconquistarían, por la vía pacífica, lo que perdieron como país el 27 de febrero del año 1844.

La petición de la Mesa Nacional para Migraciones no es un hecho aislado; es parte de un tinglado internacional que arreciará inmediatamente pasen las elecciones el 15 de mayo. El presidente Danilo Medina tiene claros compromisos con la Comunidad Internacional para impulsar el Plan Binacional con Haití, que incluye no sólo otorgar nuevos planes de regularización que están solicitando en la actualidad, sino muy especialmente el otorgamiento de la nacionalidad dominicana a la mayoría de los 288,000 que su gobierno regularizó sin cumplir con los requisitos de ley y del decreto del propio ejecutivo.

El pastor Ezequiel Molina el día 1ro. de enero de este año, con un Estadio Olímpico repleto con más de 60,000 personas lo dijo muy claro: Hay un plan de fusionar a República Dominicana con Haití; y ese no es un plan humano o político; es un plan diabólico. Y para lograrlo tendrán que pasar por encima del pueblo de Jesucristo, que habita la tierra dominicana”.

Es el peligro descrito el que enfrentaremos como pueblo y nación soberana en los próximos años. Los pueblos son arquitectos de su propio destino. El 15 de mayo nuestro pueblo decidirá si quiere que la frontera siga abierta; y si el plan de fusión con Haití marche sin contratiempo o si, por el contrario, enviará una señal al mundo de que está dispuesto a defender su soberanía, su territorio y su nacionalidad.

La Fuerza Nacional Progresista encarna en la boleta electoral la única opción que está en capacidad de dar respuesta contundente al desafío que enfrenta la República, que es la fusión con Haití y que la llevaría irremisiblemente a su disolución como estado libre e independiente.

Confiamos en que el valeroso pueblo dominicano tendrá el instinto y la capacidad necesaria para con su voto enviar el mensaje de la defensa de la República en la Casilla 10 de la Fuerza Nacional Progresista.

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