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En la trampa de ratones

Leonel Fernández es el político dominicano de mayor proyección internacional. En su extendido paso por el poder logró ampliar la presencia del país y situarlo en el concierto de naciones que se toman en cuenta en la región a pesar de ser una pequeña isla del Caribe sin mayor jerarquía económica o geopolítica.

Durante sus mandatos, nos integramos en la comunidad centroamericana, ampliamos signifi cativamente nuestra presencia en el Caribe francófono y anglófono --a pesar del rechazo histórico de las élites de esas islas--, y jugamos papeles estelares en el proceso de integración que vive Latinoamérica desde los inicios de este siglo.

Leonel cultivó excelentes relaciones y hasta amistad personal con líderes regionales como Fidel Castro, Hugo Chávez, Rafael Correa y Luiz Inacio Lula da Silva, así como con líderes más liberales como Felipe Calderón, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet, Mujica y Tabaré Vázquez.

No fue un Presidente servil a Estados Unidos, lo que le impide presumir de los mejores vínculos con el “establishment”… Sin embargo, tampoco se puede afi rmar que el poder norteamericano tenga a Fernández por desafecto ya que durante sus mandatos se estrecharon los vínculos de cooperación en las luchas contra el narcotráfi co, el terrorismo y el control migratorio.

Construyó puentes con Europa fortaleciendo los programas de cooperación y los vínculos comerciales; fue de los propulsores del Acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea conocido por las siglas EPA. Y, por igual, acercó la República Dominicana al Asia estableciendo relaciones diplomáticas con varias naciones de Oriente Próximo y con India.

Leonel siempre ha sido apasionado de los temas internacionales. Fue secretario de asuntos internacionales del PLD y se dice que era la persona que Juan Bosch había seleccionado como Canciller de haber ganado las elecciones de 1990. Por eso, ya fuera del poder, ha continuado en tareas internacionalistas desde la Fundación Global, convertida en una institución de prestigio en los principales círculos políticos y centros del pensamiento a nivel mundial.

En la actualidad, Fernández ocupa la presidencia de la Fundación Unión Europea-América Latina y el Caribe (Fundación EU-ELAC) y la jefatura de la “misión de acompañantes electorales” de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) en los comicios parlamentarios del próximo domingo en Venezuela. Y le han ofrecido posiciones tan importantes como la secretaría general de la Organización de Estados Americanos. Oferta que declinó.

Rechazó encabezar la OEA no sólo porque entonces se mantenía esperando “unos vientos” que lo retornarían al Palacio Nacional, sino también por el riesgo que suponía para su imagen encabezar un organismo desacreditado y obligado a una transformación que cada día luce más compleja.

Sin embargo, la aventura de encabezar la “misión de acompañantes electorales” en Venezuela podría acarrear un riesgo mucho mayor. Porque UNASUR fue la única entidad que se prestó para “observar” esas elecciones, y lo hizo tras muchas dudas y luego de semanas de debates entre los gobiernos que componen ese organismo regional… Ninguna otra entidad regional o multilateral ni ningún organismo electoral regional o mundial accedió a la “invitación” venezolana… ¡Y no era para menos! Todos los estudios de opinión medianamente rigurosos advierten la debacle electoral del chavismo y consecuentemente un triunfo arrollador de la oposición. Los venezolanos están cansados de escaseces, delincuencia y fragmentación social, los elementos que han caracterizado la gestión de Nicolás Maduro.

Sin embargo, lo que se advierte es la intención del régimen de Maduro y Diosdado Cabello de desconocer los resultados electorales, y hasta se proyecta la posibilidad de una asonada militar a partir de advertencias ofi - cialistas como la que hiciera el Presidente venezolano hace unas semanas cuando proclamo que si la oposición gana las elecciones no entregaría la Revolución y que ésta “pasaría a una nueva etapa”, añadiendo que gobernaría “con el pueblo y en unión cívico- militar”.

Si el próximo domingo se confi rman las proyecciones electorales, los observadores de UNASUR --encabezados por Leonel--, no tendrán otra opción que defender la democracia y denunciar ante el mundo cualquier intento por desconocer esos resultados, lo que desataría los demonios del chavismo, tanto de Venezuela como de sus socios regionales… … Y, por vía de consecuencia, Leonel pasaría a convertirse en el blanco de esos dardos envenenados y en desafecto de los gobiernos del llamado “Socialismo del siglo 21”.

Pero si ocurriese lo contrario y los “acompañantes” de UNASUR se prestaran a validar un fraude o callaren ante un intento de desconocer los resultados de esas elecciones, serán señalados como perfectos charlatanes por los gobiernos democráticos del mundo que condenan los métodos dictatoriales con los que los herederos de Hugo Chávez gobiernan Venezuela.

Leonel ha caído en una disyuntiva delicada... Deberá manejarse en el fi lo de la navaja para superar esa prueba de fuego...

¡... Está obligado a salir bien de lo que parece ser una auténtica trampa de ratones!

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