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FUERA DE CÁMARA

Doña Nuncy, Blanquita Kais

Dos mujeres extraordinarias y muy queridas --ciudadanas, madres y abuelas ejemplares--, murieron al promediar esta semana en San Cristóbal y en Santo Domingo, ambas aquejadas de enfermedades que las mantuvieron postradas los últimos meses.

Doña Nuncy Larocca y Blanquita Kais Barinas dejaron huellas imborrables en la sociedad dominicana, la primera por su labor filantrópica de muchos años, y la segunda por su participación incansable en tareas educativas y culturales que cultivó desde la mocedad.

Ambas dejan un gran legado a la sociedad, además de familias ejemplares, hijos y nietos que han seguido el ejemplo de servicio a la comunidad y que se han desarrollado en actividades empresariales y profesionales heredadas de sus progenitoras.

Fueron dos mujeres de pueblo con atractivos físicos impresionantes que llegaron a la capital en épocas muy difíciles, y muy jóvenes sufrieron la soledad por las pérdidas de sus esposos, una por rompimiento matrimonial y otra por la muerte a destiempo de su compañero y padre de sus hijos.

Tuvieron en común la forma desinteresada en que se entregaron a la comunidad cada una desde su propia perspectiva de vida y aportando todo cuanto pudieron a partir de su vocación, capacidad y conocimiento…

… Nuncy Larocca Doña Nuncy era hija de italiano asentado en Santiago, casado con dominicana; desde muy joven se sintió atraída por el servicio a los demás, tarea en la que conoció a quien sería su esposo y padre de sus cinco hijos: Bartolo Barceló, prestigioso empresario licorero y desarrollador agrícola.

La vida la pondría a prueba porque su esposo Bartolo falleció a muy temprana edad después de padecer una agresiva enfermedad catastrófica dejando en la orfandad a los cinco hijos de ambos y a doña Nuncy en viudez prematura.

Sola logró criar a sus muchachos, los educó de la mejor forma y a todos los hizo profesionales mientras trabajaba afanosamente y aún le quedaba tiempo para ayudar a los más necesitados. Muchos años después, volvió a casar con el empresario y deportista Héctor Vinicio Ledesma.

Su único Varón, Cuqui, es el presidente ejecutivo de la licorera Barceló. Además, le sobreviven Anamaría, Polita, Clarissa y Paola. Cuatro mujeres valiosas de la sociedad dominicana.

Doña Nuncy fue dama de extrema dulzura que desparramó amor por los demás y cultivó amigos y admiradores que nunca la olvidarán. Me cito entre ellos.

… Y doña Blanquita Kais Blanquita fue también mujer singular. Jovencita conoció a quien sería su esposo, un joven marcado por la tiranía, Agustín Perozo, también de Santiago y a quien Trujillo le había asesinado a sus padres y tíos y casi extingue a la familia completa.

Desafió así los rigores pueblerinos que obedecían ciegamente al “Jefe”, rompió el cerco social que le imponía su tradición familiar y formalizó relación con Agustín, quien falleció también bastante joven y a quien conocí en mi incursión en Agricultura en 1978.

Producto de esa relación está su hijo Agustín, escritor como su madre, culto, bien educado, formal, apuesto… Ella dedicó los mejores años de su vida a promover la cultura. Las últimas dos décadas fue directora del Centro Cultural de San Cristóbal. Escribió libros de cuentos infantiles y recibió reconocimientos… Fue folclorista, educadora, poetisa… En momentos tan difíciles para esas dos familias, vayan desde Panamá mi solidaridad y cariño. ¡Y despidan con orgullo a dos grandes mujeres!

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