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En la diana

Primer tiro El 15 de enero del año en curso esta columna publicó que “la reducción del precio del petróleo producirá una reducción significativa en el gasto público, lo cual obligará a una redistribución del mismo a través de un presupuesto complementario, ya que la disminución del subsidio eléctrico será mucho más importante que la disminución de las recaudaciones por impuesto ad-valorem a las ventas de combustibles fósiles”. La publicación de las estadísticas fiscales del mes de octubre, el contenido del Presupuesto complementario enviado hace cuatro días al Congreso, y la nota emitida por la misión del FMI que acaba de visitar el país, son eventos que obligan a una revisión y reinterpretación de lo planteado en ese momento.

El informe de recaudación mensual de DGII del mes de octubre del cursante año muestra que la disminución acumulada en las recaudaciones por impuesto ad-valorem a los hidrocarburos ascendía a RD$ 5,118.9 millones. Según el informe de ejecución presupuestaria publicado por DIGEPRES, las transferencias corrientes a empresas eléctricas a dicha fecha ascendían a RD$ 22,225.7 millones.

Segundo tiro Tomando en cuenta que a octubre del año pasado el monto total de las transferencias a las empresas eléctricas era de RD$ 40,223.6 millones, se concluye que el monto ahorrado por disminución del precio del petróleo, medido a través de la ejecución presupuestaria, ha sido de RD$ 17,997.9millones, cifra que es 351% mayor que la disminución de los ingresos por impuestos a los combustibles.

El Presupuesto complementario que acaba de ser enviado al Congreso reasigna RD$ 7,608.4 millones del total de recursos destinados a subsidios y transferencias totales del capítulo “Administración de las obligaciones del Tesoro”, el cual incluye los subsidios y transferencias a las empresas eléctricas.

Durante el período considerado las transferencias de capital al sector eléctrico para la inversión en Punta Catalina y otras inversiones ascendieron a RD$ 7,853.3 millones, monto que excede en RD$ 5,718.9 millones a los RD$ 2,124.4 millones presupuestado para todo el año. Los números hablan: el excedente de lo ahorrado y no gastado por disminución del precio del petróleo, es casi igual a la disminución de los ingresos por impuestos a los combustibles.

Tercer tiro El ajuste para tomar en cuenta los efectos de los precios del petróleo y de los combustibles asegura la permanencia del déficit fiscal presupuestado por el Gobierno Central.

Pero el déficit consolidado del Sector Público terminará muy por debajo del 5% del PIB que predice el FMI que se produciría en el mediano plazo si no se toman medidas de política. Las medidas de política solo pueden ser de tres tipos: Aumento del superávit primario del Gobierno, disminución del déficit cuasi fiscal del Banco Central, y disminución de las pérdidas de las empresas públicas eléctricas. Las evidencias de que Punta Catalina podría reducir en un 40% las pérdidas del sector eléctrico ya han sido presentadas. El aumento del superávit del Gobierno y la disminución de las pérdidas del Banco Central requerirán de un aumento de la presión tributaria en por lo menos tres puntos del PIB, pues en el caso de la institución monetaria, los pagos contemplados en la Ley de Capitalización fueron reducidos a la mitad. Para lograr ese objetivo solo hay tres caminos, y ninguno sería facial de recorrer: reducir gastos tributarios, aumentar eficiencia recaudadora, o aumentar tasas impositivas.

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