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El Caonabo de Oro 2015

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Silvio Herasme PeñaSanto Domingo

La Asociación Dominicana de Periodistas y Escritores (ADEP) celebró el viernes último, 23 de octubre, la ceremonia de entrega de los premios Caonabo de Oro 2015, en las menciones periodismo, escritor y escritor extranjero.

Esta entidad, fundada por Salvador Pittaluga Nivar, ha realizado una labor altruista a favor de periodistas y escritores de la República Dominicana. La idea de Pittaluga al promover estos premios fue reconocer y estimular la buena actividad intelectual en el país. La misma ha ganado un inmenso prestigio entre los profesionales de la escritura a lo largo de las décadas.

Siento un profundo agradecimiento por esa distinción porque mis colegas y amigos del jurado decidieron otorgarme el galardón de manera unánime, en la mención Periodismo, junto con Soledad Alvarez como escritora y Camilo Venegas como escritor extranjero. La ceremonia preparada por la ADEP y V-Energy en Auditorio Juan Bosch, de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, unió familiares, amigos y colegas en un momento de celebración, reflexión y gran alegría de todos los participantes.

Cincuenta y dos años de ejercicio profesional apegado siempre a los principios más caros del país, ya como reportero, entrevistador, profesor universitario, jefe de redacción, orientador de jóvenes reporteros o director, reflejan toda una vida inmersa en la comunicación. Este pemio resume en buena medida lo que hemos sido como profesional a tiempo completo y con muy escasas vacaciones. Ahora se completa una carrera que hemos tratado siempre de ajustar a los más caros intereses de la sociedad. Por eso me sentí muy bien con la carta de felicitación por este premio del Presidente Medina quien en el segundo párrafo de la misma expresa lo siguiente:

“En el caso particular suyo, se ha tomado en cuenta su meritoria labor como periodista de larga data y su ejercicio de mucha trascendencia como ejecutivo de varios medios de comunicación y articulista de juiciosos enfoques sobre la actualidad nacional e internacional”.

Esa apreciación del jefe del Estado es un concepto honroso en el enjuiciamiento de mi vida profesional, por lo que le agradezco inmensamente esos conceptos. Y es que en esta larga carrera hemos tenido que enfrentar el autoritarismo de un jefe de

Estado que se creyó eterno, ese ejecutivo, post revolución de abril del 1965, a pesar de casos tan graves como los asesinatos de Orlando Martínez y de Goyito García Castro así como la dolorosa desaparición del profesor Narciso González, de Guido Gil y de tantos otros más, evidencia el progreso que comentamos más arriba.

El periodismo dominicano, en general, fue firme en la lucha por los derechos humanos y ha dejado como herencia la actual política de respeto a la vida de profesionales defensores de las mejores causas nacionales. A ningún funcionario ahora le puede pasar por la cabeza ningún acto de criminalidad. Creemos, y se ve, que esos tiempos horripilantes han sido superados en la vida sociopolítica dominicana.

En más de cincuenta años de ejercicio tuvimos que atravesar por rupturas dolorosas con personajes muy queridos y con los que tuve que alejarme sólo por razones estrictamente profesionales, no personales. Contra muchos males debimos enfrentar y algunos quisieron desprestigiar infructuosamente mi profesionalidad, pero este Caonabo de Oro ha sido un hermoso mentiz que refleja meridianamente mi carrera profesional.

Debo agradecer al licenciado Juan Bolívar Díaz su espléndida pieza de presentación anteanoche ante el público que asistió a la premiación. También debo congratular a la escritora Soledad Alvarez, una dama que no solo enaltece las letras nacionales, sino también las aspiraciones para que República Dominicana alcance los niveles más elevados en el concierto de la intelectualidad latinoamericana.

El tercer premiado, Camilo Venegas, de nacionalidad cubana, mereció la distinción del Caonao de Oro para un escritor operiodista extranjero. Venegas presenta un historial reciente, por su juventud, de la profundidd del pensamiento antillano.

Estos premios deben prevalecer y extenderse a otros campos como estímulo a muchos profesionales del periodismo del país en las distintas ramas de este inquietante quehacer. A todos, muchas gracias.

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