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EN PLURAL

Educación, moral, democracia

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Yvelisse Prats Ramírez De PérezSanto Domingo

Estudié, lo he contado otras veces, la Moral Social como asignatura en el 4to año de Bachillerato, en el texto original de Eugenio Ma. De Hostos. Otras materias eran la Introducción a la Filosofía, y la Lógica que junto a la Sociología también texto del Sr. Hostos completaba la “especialización” en Filosofía y Letras.

Luego estudié más filosofía y más lógica en mi licenciatura en Educación en la Facultad de Humanidades de la UASD. Como profesora, no he impartido ninguna de esas materias formalmente. Sin embargo, porque educar es una tarea compleja, articulada con la sociedad y la vida, he tenido que recordar, reaprender y aprender mi formación filosófica, sociológica, lógica y moral, para aplicar esos saberes en el aula.

Ya luego, en la política, también los utilizo, no olvidemos que Aristóteles incluía la política DENTRO de la Filosofía.

La formación de la identidad moral, uno de los grandes objetivos de la educación bien entendida, tiene como primer elemento los problemas o conflictos con los que se enfrenta el sujeto a lo largo de su vida.

Para que se produzca frente a esos conflictos una controversia juiciosa, hay que dotar a los sujetos de algún instrumental adecuado, para entender y analizar, primero, y como consecuencia, a construir la escala de valores desde la cual evaluarán los problemas y tomarán posición frente ellos.

Ese instrumental, conjunto de procedimientos y disposiciones que faciliten la deliberación y la dirección MORAL ante la situación en conflicto, lo proporciona la Educación. La escolar, la familiar, y la que es ahora poderosa, para bien o mal: la mediática, que impregna lo ambiental con sus mensajes que favorecen los antivalores de la competencia y el consumismo.

Los seres humanos, no nacemos completos ni crecemos silvestres. Solo con el abono y el riego que supone el cuidado, la formación y las recomendaciones apropiadas en el tiempo oportuno formaremos esa CONCIENCIA y esos juicios morales que nos permiten afinar los tres grandes sentimientos éticos: la protesta, la indignación y la culpa, para reaccionar ante la problemática de la existencia.

Por eso, y vuelvo a Hostos cada vez que reflexiono sobre Moral, “educar es sobre todo la construcción de valores”.

Para que la escuela, la familia, los medios de comunicación puedan asumir esa tarea ciclopea de obreros de la moral ciudadana, se necesita que la sociedad sea DEMOCRÁTICA. Porque solo en la criticidad creadora de un pueblo empoderado pueden crecer y extenderse las capacidades y virtudes formativas que darán fuerza y poder a la Moral Social, tanto pública como privada.

Planteado así, esta dialéctica parece a veces insuperable. ¿La gallina, el huevo, el gallinero? ¿Qué abordaremos primero, los maestros/as, los papás y las mamás, los intelectuales trasformativos? ¿Cómo ordenamos la agenda desafiante de una República Dominicana cuyo régimen jurídico y social está muy lejos de ser democrático, cuya educación ESCOLAR mantiene a nuestros estudiantes en ignorancias supinas, y que va convirtiendo los hogares y calles en lugares de espantos?

Soy política, y he elegido durante más de medio siglo, el escenario macro. Cambiar el modelo socioeconómico, cultural, como manda el librito de la lógica para que LUEGO, una nueva escuela, una Moral sin dogma, como pedía Ingenieros, familias con pan y con sonrisas, propicien una conducta fundada en valores, un ambiente de libertades y derechos que permite dirimir sus propios y ajenos conflictos.

Pero la democracia, su etimología lo anticipa, es un concepto totalizante, un proyecto de vida comunitaria, equitativa compartida. Todos a una como en “Fuente Ovejuna”, debemos constituirla y gozarla.

Por eso, mientras espero y procuro que el pueblo dominicano se empodere de esa creación y en su disfrute, opto por librar también batallas desde la educación. No es la guerra, lo sé, que parirá la democracia, pero sí pueden ser vigías que señalan las sendas más cortas y rápidas, mientras se transitan, se fortalece la decisión y el ánimo con los saberes que se adquieren.

La educación moral es la que me ocupa ahora, la que trato en estas tres entregas. Parafraseando a Lope de Vega: “Burla burlando, ya van dos delante”.

Hasta el sábado próximo cuando concluyamos las tres. Pero no el tema, que cada día es más exigente y acuciante.

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