La Línea en Guatemala es aquí un globito al cuadro

Está de boca en boca entre los dominicanos una sarta de comentarios sobre el tsunami político en Guatemala que se llevó al exgeneral y expresidente Otto Pérez Molina, quien pasó al banquillo de los acusados, siguiendo a Roxana Baldetti, exvicepresidente.

Si el tsunami en Guatemala estremece a Latinoamérica, no sorprende que aquí sea tema obligado.

“La Línea” fue el túnel de corrupción utilizado por Otto Pérez Molina y sus cómplices.

Al compararse la corrupción en Guatemala con la que cabalga en República Dominicana, “La Línea” equivale a un globito al cuadro.

En Santiago de los Caballeros varios jóvenes, hijos de connotados peledeístas, fueron liberados luego de apresarse por presunta vinculación a un caso de corrupción aduanera.

Decenas de escándalos de corrupción gubernamental han copado la atención pública durante la administración del PLD sin que la “Justicia” haya condenado a pejes gordos morados sindicados por los hechos.

Es “vox populi” que las fortunas que exhiben sin pudor personajes de la cúpula del PLD no son precisamente frutos del sudor de su frente. El desparpajo de los oficialistas mostrando lo que no han ganado trabajando es una señal de la cotidianidad dominicana, día y noche.

Por eso la gente celebra en solidaridad con los guatemaltecos.

Ya muchos proclaman que aquí se puede. Minerva Mirabal dijo “aquí se puede”, cuando comentaba el triunfo de Fidel en Cuba.

Los corruptos oficialistas temen a que aquí se pueda.

Aunque no comentan ni en la intimidad, calladitos no le pierden “ni pie ni pisá” al acontecer guatemalteco, donde en solo cuatro meses de movilización ciudadana provocaron la caída estrepitosa de Otto Pérez Molina.

Un guatemalteco comentó: “Es lo mejor que nos podía pasar, es el triunfo de los ciudadanos”. En alusión a los corruptos agregó: “Que sepan que estamos pendientes de lo que hacen. Deben saber que no pueden seguir en la impunidad”. Los corruptazos dominicanos saben que la advertencia guatemalteca repercute.

Aquí siguen impunes decenas de escándalos de corrupción más graves y voluminosos que “La Línea” guatemalteca, y sus responsables morados nunca han sido enjuiciados.

Mientras allá cayó Otto Pérez Molina, aquí andan por su cuenta, haciendo de las suyas. Pero más adelante vive gente.