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PENSANDO...

Justicia irreal

Una gran realidad es la percepción inequívoca de que la paz de la sociedad depende de la justicia, ya que la felicidad de los individuos depende de que puedan gozar en paz de todas sus posesiones y reivindicaciones. La locura es el abandono de la realidad porque pensar en la realidad de los hechos cuando palpamos lo que ha sido la justicia en nuestro país, la realidad nos lleva a la irrealidad de su existencia porque la impunidad ha sido la constante en su ejercicio; es decir, con una justicia que no ha sido justa, ¿cómo medir lo que debe serlo? Nos acercamos de esta forma a una realidad ¿o la irrealidad nos envuelve?

El ejercicio mental que nos hace imaginar lo que podría ser que no es, se basa en entender y saber que nuestro sistema de justicia no garantiza la seguridad ciudadana e institucional que debe sustentar el ordenamiento social que merecemos, provocando una realidad que nos hace ser un país sin garantías ciudadanas. No sería real decir que en nuestro país hay justicia porque lo irreal de su existencia nos hace carecer de la institucionalidad que no tenemos.

En resumidas cuentas, estamos entrando a un estado de locura porque mientras más entendemos la realidad de lo irreal, mas nos acercamos a lo irreal de la realidad que nos rodea. En consecuencia, para que nuestros sueños e ilusiones se materialicen, más luz debe entrar a nuestro conocimiento. Luego de practicar el ejercicio mental de enloquecer, quiero apoyarme en un sabio nacido en las montañas del Líbano, cuando filosofando expresó: “fue así que enloquecí y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden nos esclavizan, pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón”.

En definitiva, la percepción de la realidad es la lucha en la que el entendimiento alcanza su mayor seguridad porque con ella pisaremos firmes en una sociedad que se debilita cada día en sus principios, su disciplina y en la manera de administrar justicia, y apoyados en esa percepción definitivamente nos acercaremos a una verdad que, aunque no sea absoluta, será nuestro verdadero capital para entender y entendernos en una convivencia productiva que nos lleve a la gran meta de saber vivir apegados a lo que realmente es nuestro verdadero medio para crecer.

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