Santo Domingo 19°C/21°C clear sky

Suscribete

FUERA DE CÁMARA

Anthony y su gran corazón

Florián Antonio Jiménez, 65 años, nacido en Sabana de la Mar, es una ficha más entre casi once millones de dominicanos que somos... Ese nombre podría ser usado como seudónimo hasta por su propio dueño.

... Pero Anthony Ríos --sin edad, porque es eterno--, significa el más prolífico y completo artista dominicano: cantante, compositor, productor, libretista, actor, humorista y, más que todo eso, buen compañero, excelente amigo, tercio insuperable, bohemio inagotable, padre interminable...

Nadie como él provoca tanto “amargue dulce” --del que induce a cortarse las venas--, pero igual tanto disfrute de amor del bueno, del eterno, del que conduce al altar no sólo para rezar.

Lleva medio siglo como figura estelar del arte desde que llegó a la capital y se integró a la orquesta de Johnny Ventura para convertirse en bolerista, merenguero, guarachero, timbalero, maraquero, güirero, coreógrafo... De todo fue Anthony con Johnny.

De ahí al éxito medió poca cosa... Siguió su larga trayectoria compartiendo escenario con Luisito Martí en la música y el humor hasta que finalmente se decidió por quedarse como solista y compositor en la dulce amargura de la bachata.

Si los cronistas de arte fueran capaces de permitirme alguna valoración, me atrevería a decir que Anthony es el más exitoso cantautor dominicano de todos los tiempos... ¡Por mucho!

... La faceta humana Regularmente los artistas no exponen su cara más graciosa --la humana--, me dicen que por razones de “marketing artístico”. Es un grave error, creo. Porque la gente se identifica mucho con los elementos intangibles de la vida pública.

No olvidaré jamás una historia que me hizo Anthony hace tantísimos años: poco después de la muerte de su madre, lo embargó tanto la tristeza que salió una madrugada para Sabana de la Mar para cantarle en el cementerio la canción que más la enternecía.

Eso se repitió tantas veces que llegó a la temeridad por los riesgos de la carretera de noche y de madrugada, deprimido y entre tragos...

Sentimientos parecidos ha tenido después que falleció su amigo y compañero de tantos años de aventura artística: Luisito Martí... Ese tipo de drama ha acompañado siempre a Anthony, su bohemia, su vida íntima “en medio de un desorden ordenado que ha calculado para vivir como ha querido sin hacerle daño a nadie...”

... Y aunque hay quienes le cuentan hijos por docenas, Anthony jamás ha negado la paternidad a una descendencia real o supuesta... ¡En mi mesa caben todos!

... Y su drama de salud Anthony Ríos se somete hoy a una delicada cirugía cardiovascular... Le abrirán su gran corazón para corregir una obstrucción coronaria. ¡Qué suerte la de esos doctores...!

Ver por dentro el corazón de un artista tan extraordinario es una gran dicha para cualquiera... Pero en especial para quienes tienen la enorme responsabilidad de hacerlo seguir latiendo, sintiendo, creando, amando...

Nosotros, sus admiradores, sus amigos, quienes hemos valorado estos cincuenta años de talento tan singular --los dominicanos que tanto lo queremos--, estaremos rezando a Dios para que Anthony supere este trance de su prolífica vida...

Yo lo haré desde mi Iglesia, aquí en Panamá... Pero igual vale desde la casa, desde el trabajo o con un pensamiento de amor... Justo lo que él ha dado en calidad y abundancia.

Tags relacionados