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Crítica cómplice de José Rafael Lantigua

Siempre he considerado -y no creo equivocarmeó que José Rafael Lantigua es un conspicuo intelectual y escritor dominicano.

Y digo intelectual y escritor, porque, para quien esto escribe, intelectuales hay que no son escritores y escritores existen, muy cultos algunos, con amplios conocimientos en determinados aspectos, que no son realmente intelectuales y otros hay que insisten en ser catalogados como tales, que solamente emborronan cuartillas y maltratan el idioma.

Pero Lantigua, en mi opinión, conjuga ambas cosas. Con una obra amplia y conocida, José Rafael -mi amigo entrañableó puso en circulación la pasada semana su último libro Espacios y resonancias, Crítica Cómplice, que recoge escritos suyos que van del 2000 al 2003 y que abordan temas sumamente diversos.

Conjugando con verdadera maestría la elegancia y la sencillez en la escritura, Lantigua nos habla en estos Espacios y Resonancias del barrio criollo que muere para dar cabida al “progreso”, de los cuentos y casicuentos de Marcio Veloz Maggiolo, de las vivencias de la valiente doña Conina Mainardi. De Francisco Moscoso Puello, sus Cartas a Evelina y la ideología de ser dominicano.

Lantigua hace volar nuestro pensamiento hasta Victoriano el Prieto, el gavillero que nació en la mente del notable escritor criollo José Ernique García y nos recuerda a la generación de los 52 poetas de los años 70 y 80 a los que él denomina las voces de la libertad por el papel que jugaron en aquellos momentos.

Y también recuerda Lantigua en su Crónica Cómplice a José Francisco Peña Gómez, a Soto Jiménez y a los militares, de la Constitución, de la imaginería criolla, del legado de Price Mars (de francés de color a haitiano a secas) como él lo define, de las letras hondas del poeta Tony Raful y de El Derrumbe, la monumental obra casi olvidada de Federico García Godoy que debería ser el libro de cabecera de los dominicanos en general y, particularmente, de todos los políticos.

Nuestra felicitación a José Rafael Lantigua por este regalo en momentos que la nación necesita algo que refresque el espíritu y haga que nuestros pensamientos se alejen, aunque sea brevemente, de la triste realidad que nos rodea y nos aplasta.

Este libro de Lantigua, excelente testimonio, es otra entrega que hace para enriquecer y engalanar el acervo cultural dominicano.

Gracias por este aporte.

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