‘El señor presidente’

El nombre de Miguel Ángel Asturias trae a la memoria su famosa novela “El señor presidente” (1946). El novelista, poeta, dramaturgo y periodista guatemalteco tuvo el acierto de lograr una historia de protesta militante. La crítica ha sido unánime en concluir que allí se describe un régimen de dictadura y muerte.

En cada página se percibe la crueldad desmedida como sistema político.

El escenario de los hechos narrados es una capital imaginaria de una república iberoamericana, aunque no es difícil deducir que se refi - eren a Guatemala durante el gobierno del general Estrada Cabrera. Precisamente este personaje es pintado aquí como un hombre vestido siempre de negro de pies a cabeza, calvo, rechoncho y de bigote; con una mirada penetrante detrás de sus oscuras gafas. Su carácter es desalmado y sanguinario, trata con despotismo a sus colaboradores y subalternos, llegando -hasta el empleo del castigo físico para con ellos.

Lo que se muestra en el fondo de la obra es la vida política y social de un pueblo degradado por la corrupción y la impunidad. El propio Asturias expresó: “Lo más importante de mi libro es el estudio de la degradación de los valores morales de todas las capas de la sociedad de arriba y de abajo”.

Esa última declaración del autor sobre algo que se repite una y otra vez nos lleva a la pregunta: ¿nace el hombre bueno y la sociedad lo corrompe o nace pecador y él corrompe a la sociedad? Esta es la respuesta de Jesús: “De dentro del corazón de los hombres salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.