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PANCARTA

Junio y Picky Lora, bajo el temple de doña Tatá

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Raul Perez Peña (BACHO)Santo Domingo

Admiré sobremanera durante décadas a doña Tatá Iglesias, Viuda Lora. Para la familia Lora Iglesias, doña Tatá es su estandarte imperecedero.

Ella fue una de las gloriosas madres del 1J4.

Constituye una meta de vida haberme propuesto editar un libro que recoja la historia de esas madres en numerosas provincias que acogían a los revolucionarios perseguidos sin miedo a las consecuencias.

Tuve el privilegio de contar con varias madres de sangre helada para enfrentar los riegos.

Doña Tatá era de ese temple. Soportó inmutable las persecuciones a sus hijos, particularmente a Picky Lora. Pero nunca le dobló el pulso al Balaguerato. Disparaba misiles con su pluma.

El limitado espacio me impide extenderme. Por eso, como hablo de Picky en un libro de próxima publicación, dedico este artículo a Junio Lora, un “clase aparte”. Y mucho mejor si cedo el paso a una reciente descripción de su sobrino Felipe Lora.

“Quien conoció a Junio Lora tuvo la suerte y, lo más probable, la satisfacción de conocer un humano fuera de este mundo; casi un extraterrestre, como a veces el mismo se calificaba. Junio era alegre, amable y cariñoso. Era además, laborioso, humilde y humanista; cualidades necesarias para calificar como, lo hiso, como miembro de alguna célula de aquel glorioso y añorado Catorce de Junio (1j4).

A temprana edad, Junio dio muestra de sus habilidades artísticas y del absoluto dominio de lenguaje hablado. Con frecuencia, deleitaba a sus amistades cercanas haciendo alarde de sus habilidades lingüísticas y de su agudo sentido de la métrica. Estas cualidades, junto a las cátedras gratuitas que le ofrecía a sus amigos sobre “Cómo llamar la atención del sexo opuesto,” le ganaron, sin dificultad, el mote de “El Poeta”.

Su trabajo de reportero y/o de corrector de estilo en el Nacional lo mantenía fuera del hogar, la mayor parte del día. Sin embargo nunca se entregó a los brazos de Morfeo sin antes “chequear” a cada uno de los muchachos (Indhira, Janio y Ernesto), ni sin antes haber leído los periódicos del día acompañado por las añejas canciones que brindaba Radio Popular, de lunes a viernes, a través del popular programa “100 canciones y un millón de recuerdos.”.

Muye bien Felipe. Gracias.

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