Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

COGIÉNDOLO SUAVE

Reñida competencia amorosa

Avatar del Listín Diario
Mario Emilio PérezSanto Domingo

Recuerdo a aquella amiga que en los primeros años de la década del cincuenta provocaba que los hombres volvieran la cabeza ante su paso.

La causa de esos virajes de cocotes era su cuerpo, abundante en declives, y su hermoso rostro de niña buena.

Como nos veíamos con alguna frecuencia llegamos a entablar una sólida relación amistosa, que se ponía de manifiesto en un permanente intercambio de confidencias.

Una noche en que dialogábamos sentados en sendos butacones de madera en la galería de su casa, se extendió sobre las características de sus reales o supuestos pretendientes.

--Hay uno de ellos que es el que más me atrae, porque es alto, de físico atlético, y con cara de galán de telenovela, pero tiene fama de borracho y de mujeriego, y un hombre con esos dos defectos no se hizo para mí- me dijo con cara apenada, como lamentando no poder corresponder al asedio de aquel enamorado.

--Si pones como condición para establecer una relación sentimental con un hombre dominicano que este no ingiera bebidas alcohólicas, y se limite a tener una sola mujer, te veré arrastrando de por vida la cadena de la soltería forzosa- le vaticiné con plena y absoluta convicción.

--Pues me quedaría para vestir santos, pese a que tengo poco devoción religiosa; otro pretendiente no me atrae tanto como el sinvergüenza, pero no tiene vicios ni anda detrás de las faldas que le cruzan por el frente. Lo que no me gusta de él es que es tacañísimo, y a eso espanta a cualquier mujer

Frente a lo que había expresado hasta el momento me creí en el deber de manifestarle que parecería que buscaba para novio, amante o marido, un hombre perfecto, a lo que respondió de inmediato.

--No, mi estimado, no existe la perfección en los humanos, pero tampoco voy a cargar con un hombre que me amargue la existencia. Fíjate si estoy clara en esa decisión, que no le he correspondido a otro que anda loco detrás de mí, a pesar de su condición de hombre con mucho dinero.

--¿Y cuál es el problema con ese?- pregunté.

-Que a pesar de su riqueza es un sución asqueroso, porque tiene mal aliento y jediondez en los sobacos.

--Pues seguro que tarde o temprano me enteraré de que caíste en brazos de uno de los tres.

Un chasquido de rechazo brotó de sus labios, pero meses después me enteré de que no le había hecho caso a su nariz cuando eligió esposo.

Tags relacionados