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PUNTO DE MIRA

El dilema del control delictivo

El asesinato de un vigilante durante un asalto contra una sucursal del Banco Popular en la transitada avenida Luperón es otra entrega de la escalada delincuencial en el país. La frialdad en la actuación de los criminales evidencia la poca importancia por la vida humana y la audacia en la operación. Una nueva acción delictiva que pone a la Policía en el candelero.

Hace poco la institución se quejaba de la desconexión operativa con la Justicia porque la mayor parte de los acusados por delitos son puestos en libertad.

Esto es otro hilo de la misma madeja. Nadie descarta corrupción en algunos niveles de la justicia, incluyendo la Policía. Lo que lleva al aumento del nivel de control con que cuenta el Estado para vigilar las actividades de cada uno de sus empleados.

Lo primero es que la Policía debe aumentar sus niveles de contrainteligencia para contrarrestar los podridos; aumentar el nivel de eficiencia de sus cuadros de investigación dotándolos de la tecnología de punta y operar como una verdadera institución nacional.

Desde hace muchos años existen en el mercado programas digitales de control que usan las agencias policiales para prevenir y actuar contra los delitos. En la vida real ya todos los ciudadanos estamos bajo la lupa tecnológica, lo que facilita al Estado el control de las actividades cotidianas.

La investigación policial no debe centrarse en detectar el uso de los móviles para dar muestras de eficiencia, sino en la operación completa que implica el uso y manejo de perfiles delincuenciales, zonas de operaciones, tipo de delitos, guaridas, contactos, huellas dactilares, en fin, que a la institución, garantía del orden público, no hay que enseñarle cómo hacer su trabajo, sino demandar eficiencia.

El tema no es remover este jefe para poner otro, sino ser serios desde todos los ámbitos del Estado para enfocar y solucionar el aumento de la delincuencia en las zonas urbanas. La intranquilidad no beneficia al gobierno ni al país. Los organismos represivos de la nación deben poner en alerta roja el tema. La falta de seguridad sigue en aumento. El gobierno tiene la obligación de enfocar con seriedad la vida y la propiedad. Hay una guerra con la delincuencia y deben darles garantías a los ciudadanos de que los criminales estarán bajo control. El cómo hacerlo dentro de la ley, es una tarea.

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