Sátira de los 10 centavos

El presunto acuerdo político entre el PLD y el PRD tiene a los aspirantes perredeístas en vilo. No hay nada de nada y la bruma impide ver hacia donde corre la aventura. El vocero de los diputados oficialistas aduce que se cumplirá con lo pactado pero el miembro del CP, Euclides Gutiérrez, fue vitriólico al enfocar el tema.

Gutiérrez elaboró una sátira para definir la situación y dijo que al PRD se le debe pagar 10 centavos por su apoyo reeleccionista.

Si los perredeístas quieren saber cómo lo valoran en el PLD pueden tomar a Euclides como tasador. El veterano político en pocas palabras definió la devaluación del aliado y ex competidor. El PRD vale poco menos que nada. Hace años que los centavos son más carga que ayuda porque tienen un valor de uso casi simbólico, así juzgan al colectivo blanco.

En el mercado político el PLD se da la importancia de ser el mayoritario que tiene el control gubernamental y aparenta mejor posición para las próximas elecciones. No está buscando sino que espera. Ya el PRD se puso “en carota” y espera paciente que sigan las adhesiones porque cuando se brindan salen más baratos.

La indefinición del rumoreado pacto pone a cavilar a los aspirantes perredeístas que no tienen nada seguro. Aún el CP del PLD no discute los detalles del acuerdo y esto es prioritario porque las aspiraciones de los miembros de la entidad estarían supeditadas a lo que cedan los morados a sus pretendidos aliados.

El hermetismo con que se maneja el tema y lo lento que marchan las conversaciones tiene a los blancos en cámara de oxígeno pues conocen que en política se escatima y además poco se otorga cuando hay posición de ventaja.

Danilo y Miguel son quienes presuntamente llevan en persona los detalles del tema y ninguno de los dos está en las esquinas para preguntarles sobre lo pactado. Es una espera que aflige. La desazón campa en el PRD y el PLD alarga los plazos para tomar la fruta madura en su mata.

Algunos perredeístas, como el exmorado alcalde de Santiago, alborotan el espacio con supuestas candidaturas; lanzan golpes a las sombras como ensayo de pelea, obviando que el campeón no tiene que achantarse ya que maroma no es pleito.

En el PRD temen que cunda el pánico y hay razones después que Euclides habló.