Santo Domingo 24°C/26°C few clouds

Suscribete

PLANIFICACION Y DESARROLLO

La OEA en América Latina

La Organización de Estados Americanos (OEA) es una de las primeras organizaciones regionales. Los primeros esfuerzos hacia su convergencia se dieron en los años 1889 y 1890, cuando se reúne en Washington DC, Estados Unidos, la “Primera Conferencia Internacional de Repúblicas Americanas” que estableció la “Unión Internacional de Repúblicas Americanas” para promover el comercio y la “Oficina Comercial de Repúblicas Americanas”.

La integración formal de la OEA se da en el año 1948 con la firma de la Carta Constitutiva de esta organización en el marco de la IX Conferencia Internacional Americana, celebrada el 30 de abril de 1948 en Bogotá, Colombia. La carta fue firmada originalmente por 21 países, entre los que figura República Dominicana y hoy día, aglutina a 35 naciones que forman parte de este conglomerado regional.

En la carta de formación de la OEA se establece su naturaleza regional y su integración al sistema de las Naciones Unidas, con la finalidad de lograr un orden de paz y de justicia, fomentar la solidaridad, robustecer la colaboración y defender la soberanía, la integridad territorial y la independencia de los países miembros de la organización. En este sentido, la OEA establece como sus principales propósitos los siguientes: afianzar la paz y la seguridad del Continente; promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto al principio de no intervención; prevenir las posibles causas de dificultades y asegurar la solución pacífica de controversias que surjan entre los Estados miembros; organizar la acción solidaria de éstos en caso de agresión; procurar la solución de los problemas políticos, jurídicos y económicos que se susciten entre ellos; promover, por medio de la acción cooperativa, su desarrollo económico, social y cultural; erradicar la pobreza crítica, que constituye un obstáculo al pleno desarrollo democrático de los pueblos del hemisferio; y alcanzar una efectiva limitación de armamentos convencionales que permita dedicar el mayor número de recursos al desarrollo económico y social de los Estados miembros.

Para lograr estos propósitos, la Carta de la OEA, reafirma principios básicos del derecho internacional como el respeto a la personalidad, soberanía e independencia de los Estados; la buena fe; la solidaridad y la cooperación económica; el derecho de los Estados a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social; la justicia y la seguridad sociales; entre otros.

Estos elementos hacen de la OEA el foro político continental más importante, donde los Estados promueven la acción colectiva para superar los principales obstáculos de la región como la pobreza y la inseguridad, y es además un espacio en donde se fraguan importantes alianzas de cooperación hemisférica (como el DR-CAFTA o el MERCOSUR), y procedimientos para solución de conflictos y seguridad colectiva.

La Carta ha sufrido importantes modificaciones, iniciando con el “Protocolo de Buenos Aires”, suscrito en Buenos Aires, Argentina, el 27 de febrero de 1967; el “Protocolo de Washington”, aprobado en Washington DC, Estados Unidos, el 14 de diciembre de 1992 y el “Protocolo de Managua”, adoptado en Nicaragua, el 10 de junio de 1993, así como el “Protocolo de Cartagena de Indias”, aprobado en Colombia, el 5 de diciembre de 1985.

Muchos han sido los cuestionamientos a la OEA, principalmente por su aparente relación de dependencia de los Estados Unidos y su tendencia a intervenir en la política interna de ciertos países miembros mientras ignora las situaciones precarias de otros.

Estas dudas sobre la capacidad de la OEA han provocado que la organización atraviese hoy día una crisis de credibilidad. Ha sido cuestionada por la Unión de Organizaciones Democráticas de América, UnoAmérica, y por los propios países que la integran.

Hoy día, es imperativo que la OEA reevalúe en primer lugar, su primaria función como ente gestor de las relaciones políticas, sociales, culturales y comerciales de los países del hemisferio, inspiradas en valores supremos como la paz, la solidaridad y la cooperación, teniendo presente el respeto a la soberanía e independencia de los Estados y el principio de la no intervención con el que fue fundada.

La OEA debe reinventarse. Debe asumir el dialogo político, fomentar el pleno ejercicio de los derechos económicos y sociales, establecer mecanismos efectivos para consolidar la democracia, el Estado de Derecho, la justicia social y servir de mediador para solucionar conflictos entre las naciones que la integran.

Precisamente, la OEA en el año 2008, en su rol de mediador para la solución de conflictos entre países de la región, logró superar la crisis entre Venezuela, Colombia y Ecuador, en la Cumbre de Rio celebrada en República Dominicana el 7 de marzo de 2008, donde el entonces presidente dominicano, Dr. Leonel Fernández, tuvo una participación destacada al lograr que los presidentes Hugo Rafael Chávez Frías, Álvaro Uribe Vélez y Rafael Correa se dieran el abrazo que simbolizaba el fin de la crisis diplomática.

En términos económicos, el conflicto afectó seriamente las economías de estos países. Una evaluación del impacto económico de la crisis realizada por Colombia arrojó que su Producto Interno Bruto (PIB) se vio afectado en 1.3%; las acciones de las empresas colombianas se desvalorizaron en 16% y el comercio en los puntos fronterizos con Venezuela, se redujo en 60%. En Venezuela, según la empresa calificadora de riesgo Goldman Sachs, la crisis profundizó la escasez y aumento la inflación. El cierre comercial con Venezuela representó una pérdida de 100 mil empleos para Colombia, lo que redujo su demanda interna de bienes y servicios. Así mismo, se redujo la exportación de energía, alimentos y productos petroquímicos desde Colombia hacia Ecuador.

Cuidar, proteger y restablecer las relaciones económicas entre los países en conflicto, fue el principal objetivo de la OEA en la Cumbre de Rio. La OEA es importante e indispensable para el continente americano, como lo demuestra su intervención en la Cumbre de Río, pero debe reinventarse y empezar de nuevo.

Tags relacionados