Santo Domingo 24°C/26°C scattered clouds

Suscribete

ORLANDO DICE...

El problema de Abinader

LAS INFLUENCIAS.- En la campaña de Luis Abinader surge ahora un problema que era previsible: las influencias de la sociedad civil o del grupo externo o de los notables, en contradicción con las del partido o los colaboradores más cercanos del candidato. La lucha, evidentemente, es de espacios o por espacios, pues al parecer se tiene la idea en unos y en otros que conviene desde ahora asegurar posicionamientos, de manera que después, si llegara el momento, asumir cargos en el gobierno. No se dice a la franca, pero se intuye o se entiende en lectura de grupos. Esa rivalidad se da por el momento en pareces o posturas o declaraciones, que cada cual juzga más oportuna o correcta. Por ejemplo, el tema de la homosexualidad. Espinoso, riesgoso, y sobre todo, de imposible consenso. O a favor o en contra, con movilizaciones y cartelones incluidos. Los políticamente correctos tienen su agenda, pero también los grupos religiosos, que actuando de conjunto son mayoría aplastante…

EL AMERICANO.- La sociedad civil cree y quiere hacer creer que Luis Abinader es el candidato de los norteamericanos, y que producto de esa preferencia está obligado a identificarse con la agenda del gobierno de Estados Unidos, o de su embajador James – Wally – Brewster, un reconocido militante del movimiento LBTG. Los perredeístas de nuevo cuño o perremeístas se muestran cautelosos con el tema y quisieran que el candidato fuera prudente, pues si por un lado complace a Brewster, por el otro alborota las avispas de las iglesias. Entre ellas La Católica y La Evangélica. Juan Luis Guerra, que no es predicador de oficio, da justo testimonio en una de sus canciones: “… y también me dijo/ no te mortifiques/ que yo le envío/ mis avispas pa´que lo piquen. Es verdad… ”. De manera que no es fácil quedarse fuera del debate, en el medio, viendo sin tomar partido. Aunque, claro, es un golpe que avisa, es un riesgo que se toma. O con Dios o con los demonios…

NO PUEDE.- Un candidato tan débil como Luis Abinader no puede darse el lujo del presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, quien le dijo al visitante presidente norteamericano Barack Obama, que compartía mucho de los valores de Estados Unidos, pero no la homosexualidad. Esto es, le peló el guineo en su cara, y el mundo siguió girando como si cantara Jimmy Fontana. Pero tampoco puede identificarse con la causa de LGTB, pues los católicos y los evangélicos están peleando sus guerras con ardor inusitado. Con la Biblia abierta, con panderetas u hostias, van marcando su territorio: “Quien conmigo no recoge, desparrama”. “Los quiero fríos o calientes, pues los tibios los vomitaré mi boca”. Y así, así. No conozco la historia en detalles, pero parece que Abinader cruzó el umbral, dijo algo sin decir diciendo, y como era de esperarse, fue mal interpretado, y uno de sus voceros oficiosos de la radio o de la televisión quiso arreglar la carga sobre la marcha. Lo malo es que el fanatismo, cuando se desata, no atiende razones, y ni siquiera circunstancia. Lo ideal sería colocarse equidistante, ni con unos ni con otros, pues a su condición de candidato no le convienen las posiciones absolutas…

LO INTERESANTE.- Este podría ser un aspecto interesante de la campaña, solo que la motivación no sería política, sino religiosa. Las iglesias gobiernan desde siempre y de muchas maneras, pero ahora se encuentran con una conspiración que atenta, no contra su existencia como entes colectivos, sino contra su monopolio de la fe. La competencia era entre ellas, y unas les comían los caramelos a las otras, y eso no cambiaba el hecho principal: servían a un mismo Dios. Ahora les aparecen en el camino unas mayorías que se originan en órganos del Estado y les cortan el paso. De ahí que hayan salido de los templos, y se hayan lanzado a la calle del medio, y usando medios políticos y mecanismos de Estado, enfrenten sus emboscadas, y lo hagan de manera apresurada, apremiante, como si temieran el asalto final. ¿Podrán el Gran Poder de los Estados Unidos, el presidente Barack Obama y su comisionado James Brewster, imponer en el país un derecho que repele por contranatura…

Tags relacionados