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FUERA DE CÁMARA

¿Un embajador itinerante…?

A propósito del barraje de acusaciones falsas contra el país en el exterior, se ha sugerido que el gobierno delegue en Leonel Fernández la defensa de la dignidad nacional y el derecho soberano de los dominicanos a ejercer su política migratoria… Una especie de “embajador at-large”.

El primero en proponerlo fue el expresidente de la Suprema Corte de justicia, Jorge Subero Isa, y luego el doctor Marino Vinicio Castillo.

Pero el presidente Danilo Medina no puede hacer eso… Por innecesario y carente de todo rigor oficial, además de que Leonel no lo necesita para hacer lo que está haciendo sin que nadie se lo haya pedido: defender la dignidad nacional.

Además, porque sería admitir una falla de la diplomacia dominicana que aún con deficiencias de origen, ha cumplido cabalmente su cometido.

Sobre todo las últimas dos semanas.

La designación de Leonel como “embajador atlarge” para el caso haitiano implicaría también para el gobierno la admisión de incompetencia absoluta para lidiar con un problema de relación primaria con otros estados y organismos internacionales con los que el país tiene vínculos.

Más que eso, sería aceptar que el presidente Medina y su gobierno adolecen del liderazgo internacional necesario para encarar la crisis.

Mucho más que eso... El problema no es tan simple… En el caso del doctor Subero Isa, que lo ha hecho de buena fe, resulta comprensible y su propuesta ha sido contagiosa, aunque fuera de cualquier lógica política.

Con el doctor Castillo y su partido ha sido totalmente distinto. Porque lo hacen en un marco de denuestos contra el gobierno y contra Danilo.

Y al poner a Leonel de comodín, descalifican la propuesta.

Una sugerencia también muy extraña porque son precisamente la Fuerza Nacional Progresista y su presidente quienes mejor conocen el origen del conflicto con Haití, saben de dónde proviene, cuál es su fin y la carta de ruta que han trazado sus autores.

Ellos saben que ninguna particularidad --ni siquiera el Papa Francisco, porque hasta la instancia máxima de la Iglesia Católica ha sido permeada--, podría contener los poderes transnacionales que mueven la gran conspiración contra la República Dominicana.

Esa conspiración se detiene de una sola manera: convocando la conciencia nacional, movilizando a todo el país fuera de intereses partidarios, sin agravios, sin odios, sin rencores, sin buscar culpables, sin ínfulas de gran salvador...

… Y sin protagonismos En el escenario internacional los protagonismos personales deben dar un paso al costado para que avance una voluntad auténtica y con la credibilidad necesaria para conducir las jornadas que exigen las circunstancias.

Librar esa lucha con éxito sólo es posible desde la diplomacia del Estado y arrimando todas las voluntades disponibles, la de Leonel Fernández inclusive, pero jamás subordinando el liderazgo de Medina y mucho menos apartando una voluntad política consustancial a su condición de Presidente.

Además, Leonel no necesita designaciones estrambóticas para desempeñar un papel estelar en esta jornada patriótica, primero porque ya ha avanzado su posición al respecto y todas las veces que se le ha consultado ha colaborado con eficiencia.

Tal vez baste recordar que Leonel fue quien sugirió inicialmente la creación de un mecanismo para regularizar a los extranjeros en condición de ilegalidad, y de ahí surgió la ley 169/14. Sus aportes en tal sentido también han quedado consagrados en artículos y declaraciones.

¡Es un desatino proponerlo como embajador itinerante y sin oficio...!

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