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FUERA DE CÁMARA

ADP, Pototo y Filomeno…

“… Que si se mete la pata y se saca pronto se queda bien…”, decía el dúo cubano de los años cincuenta compuesto por los maestros del humor Leopoldo Fernández y Aníbal de Mar, conocidos como Pototo y Filomeno… ...Malo es cuando se mete la pata y se deja adentro… O cuando se mete más hondo, como hace ahora la Asociación Dominicana de Profesores.

Ir a un zafacón, sacar unos libros viejos --por demás robados--, y presentarlos como “prueba de un imperdonable acto de corrupción” en el Ministerio de Educación no sólo es producto de un vicioso ejercicio de holgazanería política sino una real evidencia de degradación gremial.

Maestros y periodistas --o ambos a la vez, la mayoría jubilados por tantos años de lucha- -, concuerdan en que ya nada queda de aquel gremialismo magisterial aguerrido que muchas veces puso en jaque al gobierno indoblegable de Balaguer, al Triunvirato y hasta al Consejo de Estado hace más de medio siglo.

Lo peor es que esa ADP capaz de hacer una denuncia falsa de tanta gravedad y no admitir que cometió un error y pedir disculpas, es una de las escasas fiscalizaciones que tenemos para la inversión anual de más de cien mil millones de pesos en la educación preuniversitaria.

Son fondos públicos que constituyen el cuatro por ciento del PIB y que exigen, requieren y demandan una fiscalización seria, despolitizada y profesional para garantizar que inversión tan significativa se traduzca en educación de calidad que transforme la sociedad dominicana.

…Bulla, ruido, politiquería El tema hay que presentarlo en su contexto real, aunque luzca dramático… Resulta que unos cacos barriales --probablemente muchachos viciosos urgidos por unos pesos para drogarse--, penetraron una madrugada a la escuela El Millón y se llevaron algunas cajas y chucherías que luego no supieron qué hacer con ellas.

En las cajas había libros de textos usados que los estudiantes diurnos y nocturnos de ese liceo se intercambian y que habían sido devueltos por haber terminado el período de exámenes. Los cacos tiraron los libros a un zafacón callejero… ¿Qué otra cosa podían hacer con ellos? Pero los ociosos de la ADP los recogieron del zafacón y sin investigar siquiera de qué podía tratarse, los presentaron en rueda de prensa como “la prueba al canto” de que el Ministerio de Educación está malgastando los fondos públicos comprando e imprimiendo textos que luego tira a la basura.

La denuncia alarmó porque esos textos son adquiridos por Educación a editores locales con una inversión multimillonaria.

¿Qué era lo procedente? Cualquier lógica indica que los “líderes” sindicales de ADP debieron investigar en Educación qué había pasado con esos libros, presentarlos al departamento correspondiente y exigir explicación convincente.

Un día después de la denuncia, Educación mostró la querella que el profesor Evangelista, director del liceo El Millón, formuló en la Policía informando sobre el robo de los libros… Se demostró el carácter político de una denuncia temeraria.

Pero en vez de rectificar, un sector del gremio denunció al día siguiente que Educación “financió la compra de la modificación constitucional que hará posible la repostulación de Danilo Medina”.

Otra denuncia irresponsable, sin pruebas, involucrando supuestos contratos para suplir insumos y construir aulas escolares… En vez de darse tres golpes en el pecho y pedir perdón por la infamia anterior.

¡Cuánta distancia con aquella ADP que conocimos…!

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