Un abuso

Contra República Dominicana se está cometiendo un gran abuso. No es solo la declaración perversa del alcalde de Nueva York Bill De Blasio. No es la cadena de mentiras puestas a circular por el gobierno haitiano. No es la cantidad de comentarios y notas fabuladoras enviadas por algunos ¿dominicanos? a organismos internacionales informándole de “supuestos mal trato”. El abuso mayor ha sido la mentira y el invento de los “periodistas” enviados a cubrir las “deportaciones masivas”.

Mis ojos no podían creer los reportajes que he estado viendo, reproducidos por un canal de televisión local, pero preparados por periodistas extranjeros, sobre el supuesto “mal trato” a los haitianos en la frontera. Tal parece que esos trabajos estaban escritos y solo vinieron a sustentarlo con imágenes super puestas y pre-elaboradas.

Los comunicadores que hemos trabajado en las calles, sabemos como se “maneja” una encuesta y una entrevista. Basta con escuchar los diálogos de esos “comunicadores” con los haitianos entrevistados. Lo fuerzan a decir, no lo que siente, sino lo que el “entrevistador” desea escuchar. No se preocuparon esos “periodistas” por buscar la Constitución Dominicana y leer lo que dice en su artículos 18, cito: “Son dominicanos los hijos e hijas de madre o padre dominicanos y las personas nacidas en territorio nacional, con excepción de los hijos e hijas de extranjeros miembros de legaciones diplomáticas y consulares, de extranjeros que se hallen en transito o residan ilegalmente en territorio dominicano”.

Somos solidarios con los haitianos. Lo que creemos inaceptable es que organismos internacionales, periodistas y presidentes de algunas naciones pretendan imponer reglas sobre la migración y desconocer las leyes nacionales. El Plan de Regularización es extraordinariamente positivo. Cuando bajen las aguas y las pasiones desaparezcan, muchos países tendrán que tomarlo como parámetro para establecer normas claras en su territorio sobre las migraciones. Es inevitable que las personas emigren, busquen mejor forma de vida y de superación, lo que debe ser normal y legal. Yo quisiera que no existieran fronteras y que todos viajemos sin pasaporte ni cortapisas, pero existen reglamentos y hay que cumplirlos. Las voces que en Estados Unidos se han levantado contra nosotros, deberían pedir que se quite el bloqueo naval que impide a los haitianos siquiera intentar llegar a su territorio, si es que son tan “humanos y solidarios”.