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Cuba

El anuncio la semana pasada del restablecimiento diplomático entre Estados Unidos de América (EUA) y Cuba, compite para ser una de las noticias mas trascendentales del año que termina. Anunciadas como el “inicio de la normalización en las relaciones” por los presidentes de Cuba, Raúl Castro y de EUA, Barack Obama, el proceso se encamina hacia la eliminación del embargo comercial, económico y financiero, denominado bloqueo, impuesto en octubre de 1960, luego del triunfo de la Revolución Cubana en 1959. Al margen de posibles las motivaciones (muerte de Hugo Chávez, el envejecimiento tanto de los líderes de la Revolución como de sus opositores o los cambios en el mapa energético) el deshielo ha concitado el aplauso y respaldo de casi todos los países del globo, especialmente de América Latina. Y es que endurecido en 1996 con la Ley Helms Burton, y ampliadas en 1999 por la administración de Bill Clinton, el embargo de más de cincuenta años a Cuba no solo impide la entrada de cientos de productos, sino que también prohíbe y restringe la posibilidad de hacer negocios con esa nación. La nueva etapa avizora un horizonte de bienestar para la mayor de las islas antillanas y sobretodo para su población, que junto a las limitaciones del régimen comunista (aunque flexibilizadas un poco luego de la asunción al poder de Raúl) han tenido que padecer las difíciles restricciones del bloqueo. Nuestro país también se ha sumado a la alegría de lo anunciado y lejos de considerarlo como una amenaza, el ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Navarro, ha manifestado que la apertura cubana será de gran beneficio para Republica Dominicana. Según Navarro esto encumbrará al Caribe en el mapa del turismo mundial y asegura que podemos sacarle mucho provecho. Y tiene razón el canciller dominicano porque independientemente a que durante un tiempo Cuba, muy similar en atributos geográficos a nosotros, será el foco de atención turística y de atracción financiera de la zona, su inclusión importantiza la zona y nos obliga a fortalecer nuestras ofertas, lo que de por sí ya se convierte en ganancia.

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