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PUNTO DE MIRA

Miguel como el Licey

Las encuestas son un trabajo que permite orientar el trabajo porque investiga la percepción de las personas en un momento dado. Tanto para productos como candidaturas políticas este elemento de investigación es ya una herramienta de uso habitual en el país. Incluso se las difunden, amañadas o no, ciertas o alteradas, como joya de colocación en la mente de los votantes. Como los electores, son el público objetivo, es decir, los consumidores de las candidaturas son ellos también las víctimas de las manipulaciones o de las influencias destinadas a mejorar o fortalecer esa presencia en la mente individual. A ciencia cierta no se puede afirmar que haya una mala fe o despropósito en las publicaciones de las mediciones, ni siquiera por qué haya diferencias en los resultados de ellas, que aunque sean apresurados son usados como limón en los ojos de los contrarios. Las encuestas son usadas con toda saña. No podemos abstraernos de la guerra por el poder y sus triquiñuelas. El camuflaje, las tácticas desviadoras, minar las fuerzas contrarias y el espionaje, son armas habituales. Independiente a los pareceres, hay que partir siempre de lo indicado por esas encuestas para evaluar las candidaturas en tiempo presente. Cada una se usa con el propósito de convencer o atraer. Por eso Danilo Medina está potable para la reelección; Leonel Fernández gana a cualquiera; Abinader derrotaría a Fernández fácilmente; Hipólito se va de calle; el PRSC no importa su candidato tendrá buena colocación. Pero, ¿y Miguel Vargas Maldonado? Todas las mediciones lo colocan en una lejana posición. El líder del Partido Revolucionario Dominicano luce como el Licey en el actual campeonato. Se le presenta en el fondo del sótano con muy pálidas simpatías. La intención del voto que se ha medido lo coloca atrás, muy atrás. Es posible que MVM no haya pagado su encuesta, o que la propia le ofrece los mismos resultados. Hasta quizá ocurra que haya un todo contra él. Que los sectores fácticos le nieguen su cálida mirada y aliento en preferencia a otros nombres o partidos; que para terciar en la puja en esto coincidan con el Partido de la Liberación Dominicana. Estamos entrando en la temporada muerta de la zafra política. Hay que guarecerse del chaparrón peticionario navideño, pero si las encuestas son ciertas MVM debe cambiar el chucho del tren blanco para otro andén y vender mejor su candidatura.

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