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El ébola, de la tragedia a la esperanza

Virus mortales amenazan. Dejan establecida su capacidad de dañar. Por eso el mundo los combate. Para vencer la pandemia del ébola (Zaire ebolavirus) las naciones se han unido. Oriundo de África Oriental, en varias de cuyas naciones es cíclico y endémico, el ébola surge como tempestad; pulula en el silencio cómplice de la pobreza y coloniza animales y humanos. Emerge de sus cuerpos y emprende una carrera de aleatorios infortunios. La propicia la intercomunicación globalizada. Ella ha dicho Sí, puedo traer el desarrollo y capitales desde el Norte al Sur, el Este al Oeste, con prisa instantánea y también recoger las peores pestes de Botswana, Madagascar y Lesoto y distribuirla en segundos por los confines terráqueos. Gracias a viajeros e intercambios comerciales, diplomáticos y a la ayuda internacional lanza su invasión expansionista, amenazando con el desastre. Alcanza los territorios occidentales, apostando con poner en jaque sus sistemas epidemiológicos. Sus muertes, en Occidente, están contabilizadas. Las de África, imposibles de enumerar, sólo pueden ser tomadas como cifras parciales y referenciales de lo que, dentro de poblaciones específicas, ocurre. Obviamente, en un territorio donde, en su mayoría, la civilización es un destino, quizás la gente afectada de ébola muera en caminos, intrincadas aldeas y comunidades, en domos inaccesibles, desconocidos todavía, antes de que las cuenten, diagnostiquen y pasen a engrosar las estadísticas. Según la OMS, y ya es Vox populis, los casos detectados en África Occidental ascienden a 9,191, de los que han muerto más de 4 mil 500, según informe del 13 de octubre pasado. Eso incrementó el terror entre las naciones, ya en alerta, especialmente porque 423 trabajadores sanitarios (4.6%) se contagiaron del virus al brindar asistencia a pacientes afectados. Adquirió su mala fama en los días aciagos del 11 de septiembre del 2001. Está fresca la información despachada por los organismos de seguridad y salud norteamericanos: cartas presuntamente conteniendo polvo infectado con ébola habrían sido despachadas usando el servicio postal. Es muy probable que desde entonces una vacuna se ensayara. Que sea ese el punto de inicio de los resultados que las investigaciones médico/científicas exponen hoy sobre el ébola, anunciando una vacuna para enero. Ante sus trágicos niveles de mortalidad y fácil expansión mundial, el reporte de la recuperación de al menos dos afectados se acompaña de la información de que una vacuna contra el ébola, cuya eficiencia aún no estaba científicamente establecida, está aplicándose con éxito. Según Jon Cohen y Kai Kupferschmidt, de “Science Magazine”, en la primera semana de octubre una reunión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) discutió sobre las vacunas del ébola ante la necesidad de iniciar su producción en masa, a pesar de estar en la fase I (desarrollo) y no haber arrojado resultados positivos confirmados (fase II). El organismo internacional autorizó a laboratorios de Londres, Roxensart (Bélgica) e Iowa (USA) saltar de la fase I a la III, para que la vacuna experimental se aplicara en habitantes de Liberia, Guinea y Sierra Leona, los tres países más afectados. Las perspectivas eran más que halagüeñas. Se trata de una terapia compuesta por una media sectorizada de anticuerpos monoclonales e Interferón alfa que logró curar el 100% de un conjunto de primates no humanos contagiados de ébola al administrársele hasta cinco días después de la detección de los síntomas virales. Es el resultado de una investigación realizada por el equipo multinacional que integran la Unidad de Diagnóstico Serológico del Ministerio de Salud de Canadá, a través de su Programa para Patógenos Especiales conducida por Xiangguo Qiu y en la que participan 24 científicos más. Fue publicada por “Science Magazine” el pasado 22 de octubre. El estudio catalogó al ébola como el virus más letal conocido, con una altísima tasa de mortalidad (hasta el 90%) en infectados humanos no tratados, haciéndola una poderosa arma química. Este compuesto inmunológico (cóctel ZMapp) se administró a doctores norteamericanos infectados y a la enfermera española que, según se informó, venció el ébola, desarrollando anticuerpos. Cinco meses antes, en USA, Lisa M. Johansen y colaboradores, habían publicado el “resultado espectacular” logrado en la cura del ébola al aplicar a pacientes compuestos SERM (conjunto de moduladores selectivos del receptor de estrógeno), hoy aprobados por la FDA, incluyendo el clomifeno y toremifeno, que actúan como inhibidores potentes de la infección EBOV, según Science Magazine. Como resultado, desde agosto se reportan recuperaciones de infectados por ébola en Nigeria (12), Atlanta (cinco médicos y un médico y una enfermera, entre otros). España, Holanda... Por el éxito en Nigeria, la OMS felicitó a esa nación y declaró: “el ébola puede ser contenido”. La vacuna estaba siendo probada. EFE informó ayer que en Francia se ha desarrollado una prueba de diagnóstico rápido de ébola que permite determinar en menos de quince minutos si una persona está infectada. Hay, pues, razones para la esperanza, ya que la intercomunicación de las naciones, inicialmente propiciadora de la expansión del ébola ahora es la peor enemiga de este virus.

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