Santo Domingo 19°C/21°C clear sky

Suscribete

El 2012 y la mano de Dios

Avatar del Listín Diario
Vinicio A. Castillo SemánSanto Domingo

No hay duda de que el año 2012 que culmina hoy fue un año crucial para la suerte de la República. Nunca, en su historia democrática post-Trujillo, la nación había corrido un peligro de la magnitud del que representó la posible vuelta al poder de Hipólito Mejía y su tristemente célebre PPH el pasado 20 de mayo. A mucha gente que en las horas cuando Hipólito Mejía lucía invencible (con una ventaja de 17 puntos sobre Danilo Medina), me aconsejaban sobre los riesgos personales que implicaba mi participación activa y profusa en los medios de comunicación, enfrentando de forma directa a quien se creía iba a ser seguro Presidente de la República, les respondía con absoluta certeza que confiaba en que Dios siempre, en las circunstancias más difíciles, había protegido a este país y que en esta oportunidad no iba a ser diferente. El análisis de los factores determinantes de que se le evitara al país la vuelta de Hipólito y el vendaval pepehachista, tienen elementos providenciales que van mucho más allá de lo que hicimos quienes enfrentamos esa opción electoral. Los errores más costosos de la campaña de Mejía salieron de su propia boca, en escenarios no hostiles y acomodados. Un designio misterioso lo llevó a decir cosas tan y tan absurdas que ni sus más radicales adversarios podíamos idear o pensar siquiera que se iban a producir. Otros elementos en los que la mano protectora de Dios se manifestó en este año 2012 para evitarle una desgracía inmensa al pueblo dominicano, se produjeron, primero, cuando un terrible temporal de agua, en la noche del 19 de mayo, de forma sorpresiva y milagrosa, a pesar de todos los pronósticos contrarios, se esfumó, limpiando el cielo de la República el 20 de mayo, con lo cual el voto mayoritario de las mujeres dominicanas se pudo expresar con entera libertad y sin los contratiempos inmensos que hubiese representado la continuación del temporal del día anterior. Otro elemento no menos importante en que la mano de Dios, sin ninguna duda, intervino, al frenar y desenmascarar los macabros planes del pepehachismo para el día de las elecciones, y el sabotaje contra el sistema de cómputos de la Junta Central Electoral, lo que evitó que este noble pueblo se fuera a una confrontación violenta, a raíz de una crisis alrededor de los cómputos del organismo comicial. Todo lo que maquinaron les falló; independientemente, reitero, de la intervención de muchos héroes anónimos, incluyendo rectos oficiales de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional. La poderosa mano del Señor protegió al país para que todo terminara en paz, en concordia y felizmente. Hoy, en medio de las dificultades en que nos desenvolvemos y en medio de una gran crisis mundial, el país está en manos seguras, guiado por un hombre decente y austero que se llama Danilo Medina, que ha mantenido, no solo la estabilidad económica, social y política, sino que ha logrado en su corto ejercicio entusiasmar a los descreídos de que el lema de “corregir lo que está mal” y de “hacer lo que nunca se ha hecho” no fue una mentira de políticos en campaña. El país camina y proyecta optimismo de sus sectores más importantes para su futuro. El peligro del ciclón batatero categoría 5 que representaba el pepehachismo se alejó el 20 de mayo para siempre y a la vuelta de pocos meses prácticamente se ha convertido en una depresión política tropical, con una reducción drástica de su influencia en la vida nacional y con una clara tendencia a desaparecer. La mano de Dios protegió en el año 2012 a la República y hoy que culmina, es una excelente fecha para recordarlo.

Tags relacionados