Tiempo de reagrupar

El Partido de la Liberación Dominicana lució en las pasadas elecciones con pérdida de fuerzas. Hace un tiempo el líder de la organización había hablado de una categoría interna nueva, pero no definida: el militante. Pensé que los morados iban a iniciar una reingeniería para ajustar la estructura a los cambios porque de partido de cuadros pasaron de sopetón a abierto. Todo tipo de personas se saltaron los cursillos y se olvidó aquello de servir al partido para servir al pueblo. Los humildes peledeístas se trocaron en comesolos, altaneros, prepotentes, orgullosos y ambiciosos. Nada nuevo en el esquema, en verdad. Pero esto afecta la imagen que tenía el conglomerado. En la actualidad algunos dirigentes veteranos están mirando hacia adelante. Por donde van no pueden seguir. Incluso notas disonantes de sectarismo se cuelan. Podría ser contaminaciones del virus “tendencius intracorpo” que ya en el perredeísmo es endémico. Los expertos en pestes políticas advierten lo difícil que es su eliminación cuando se extiende por todo el cuerpo partidario. Por lo general conlleva mutilaciones, conducta errática y desapego. Quizá en esta temporada el PLD se ponga la vacuna de la disciplina y se reagrupe para un relanzamiento que les traiga gente menos sangrona.