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ORLANDO DICE

La declaración de la senadora y situación del PLD

ERA Y DEJ” DE SER.- La senadora Sonia Mateo era una seguidora furiosa de Danilo Medina, como eran todos los danilistas en la lucha interna contra Leonel Fernández y su corte de poder. Eran tantos sus arrestos en ese tiempo que en los fastos del PLD se registra un incidente en que ella no solo confrontó al entonces mandatario, sino que le faltó al respeto. Sin embargo, un buen día se cansó de andar en barquito de papel, consiguió plaza en el crucero oficial y continuó siendo la Sonia Mateo de siempre, solo que sus ímpetus cambiaron de norte. La mejor demostración fue una foto grande de cuerpo entero de Fernández que colocó en la sala de su casa y que convenció a propios y extraños de quien era su jefe político. Medina dejó de ser su referente, después de muchos años de lealtad, y se convirtió en una historia de paquitos de esas que se leen y se botan. De manera que a los peledeístas no tomó de sorpresa la reacción airada de esta semana ni que cargara contra el presidente Medina. Pareció un resabio, y lo fue, pero sobre todo unos malos espíritus que tenía dentro y no había encontrado la oportunidad de echar afuera... EL PANORAMA INTERIOR.- El desahogo de la senadora Sonia Mateo no deja de tener importancia política, pues deja ver claramente que el PLD no es un paisaje de postalita y que los seguidores de Leonel Fernández se sienten desbordados por las movilizaciones. Pudo haber defendido a su jefe político sin ofender a quien lo fuera por mucho tiempo y que ahora ocupa la primera magistratura del Estado. Incluso, cargar contra los sectores que lo denuncian, persiguen y condenan. J. K. Rowling, la autora de las novelas de Harry Porter, declaró a un medio europeo que la clase media es hipócrita, y se refería a la inglesa, pero que se puede generalizar, mucho más que lo dijo para explicar su nuevo libro, Una Vacante Imprevista, que no trata de magos, sino de política y políticos. Sin embargo, prefirió atacar a sus compañeros de partido, a quienes llamó malagradecidos, porque no dan la cara por Leonel Fernández, ahora que la calle le pide cuenta. Eso quiere decir que la revelación del déficit no fue un acto inocente de los economistas del gobierno, sino que hay o hubo instigación. Eso por lo menos lo están creyendo los leonelistas, aunque hacía falta una “aburrida” que lo dijera... LA OLIVERO DE AHORA.- La senadora Sonia Mateo pudo haberse quejado de sus compañeros del gobierno que no salen en defensa del ex presidente Leonel Fernández, y hasta pudo llamarlos malagradecidos, pues de seguro que comieron con grasa en la pasada gestión. Lo que no debió haber hecho fue lo que hizo. Revelar que Danilo Medina tenía un 37% en las encuestas y que ganó las elecciones porque el ex mandatario metió las dos manos, con todo y brazos, creando el déficit que ahora se denuncia y condena. Dicen los abogados que “a confesión de parteÖ”. La gente suponía, ella afirma, y como estuvo adentro, la suya es palabra de Dios. De algún modo lo que hace la senadora Mateo trae a la memoria un capítulo (ya olvidado) de la historia política reciente. A Juan Esteban Olivero Félix, el otrora dirigente reformista, quien le cobró un agravio a Joaquín Balaguer recordando la ilegitimidad de sus triunfos electorales. Simplemente los puso entre comillas, del mismo modo que la legisladora de la Línea da a entender cómo de un 37% se llegó a un cincuenta y pico... MÁS CAÍNES QUE ABELES.- La reacción, el exabrupto, la revelación, o como quiera llamarse al pronunciamiento de la senadora Sonia Mateo, pone de manifiesto que entre los peledeístas hay más caínes que abeles, y que la hermandad que a veces se observa responde a actuaciones muy bien ensayadas. Que hay sectores internos que entienden que Leonel Fernández debe cruzar su río revuelto sin que el gobierno le preste una barca, y otros que consideran que la de Danilo Medina hay que voltearla, pues como alguna vez alegó Juan Bosch, “o jugamos todos o se rompe la baraja”. La agresividad de la legisladora pone en evidencia que Fernández y su grupo no quieren aguantar abajo, y ese tal vez sea el peor error del ex mandatario y los suyos. Si su preocupación es la historia, los textos se escriben en gabinetes y no en la plaza pública. Si su temor tiene que ver con el 2016, que pierda cuidado, que si no lo recuerdan entonces, lo de ahora se habrá olvidado. Si piensa que lo perjudican en su protagonismo en el exterior, tampoco. Nadie anda libre de pecado por el mundo, solo que son caraduras y tiran la primera piedra. Si discursos no le faltan, que busque auditorios complacientes...

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