Especial de Semana Santa

Diez puntos relevantes sobre la etiqueta para actos religiosos

Rendir homenaje a Dios es el objetivo de los actos religiosos organizados como parte de la agenda de la Semana Santa. Cada ceremonia es una expresión de fe y devoción y amerita el esmero en el cuidado de los detalles.

El respeto a la libertad de creencias de cada persona es una norma fundamental de cortesía. Se deben comprender los diferentes ritos, posturas y costumbres, aquí compartimos algunos puntos generales sobre la etiqueta recomendada en actos religiosos.

1. La puntualidad es la primera norma a respetar. Si por alguna razón se llega tarde, debe quedarse sentado en la parte trasera.

2. En la religión católica, al entrar a la iglesia se debe hacer la señal de la cruz y una genuflexión que es el saludo a la presencia del Señor (se hace flexionando la rodilla derecha, como reverencia hacia el altar), también al pasar delante del Sagrario donde se encuentra Jesús Sacramentado, este gesto denota amor y respeto.

3. La vestimenta, el maquillaje y el peinado deben ser discretos, no descuidados ni exagerados. Elija zapatos cerrados, evite escotes, transparencias, minifaldas, o ropa deportiva. Prohibidos chicles, comidas y bebidas.

4. Es importante participar activamente, contestando con voz clara y audible. Si hay música, acompañar cantando. Tomás Aquino, un gran pensador cristiano, señaló: "Quien canta, reza dos veces".

5. Si se lleva un libro para seguir la misa, se sostiene con las manos y no se deja sobre el banco.

6. Cuidar la postura al sentarse o mantenerse de pie. Al sentarse no se cruzan las piernas. Al cambiar de estar sentado a arrodillarse, se debe uno erguir previamente, para hacerlo con elegancia, sin deslizarse del asiento.

7. Evite hacer ruidos para no distraer a los demás, el silencio es esencial para mantener la solemnidad apropiada.

8. Por ninguna razón se debe usar el celular durante la ceremonia. Si se espera una llamada de emergencia, debe quedarse en una salida para contestar afuera de la iglesia.

9. El momento más sagrado y sublime de la misa es la sagrada comunión. Un recordatorio importante es que se trata del cuerpo, sangre, alma y divinidad de Jesucristo. La hostia consagrada se debe recibir con respeto y adoración, con las manos juntas con devoción, y cuando el sacerdote o ministro ofrece el Cuerpo de Cristo se pronuncia un "Amén" que significa “verdaderamente creo” y es un acto de fe.

10. La misa termina cuando el sacerdote sale de la iglesia, por lo tanto, no debemos movernos de nuestro asiento. Se debe esperar para luego proceder a salir.