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"Soy una madre privilegiada"

Homenaje a las madres

Carlos y Andrés Piantini; Ramón Antonio, Juan Carlos y Nicole Soto; Carla Sofía Piantini, Aída Piantini de Soto y Ana Paula Piantini.

Carlos y Andrés Piantini; Ramón Antonio, Juan Carlos y Nicole Soto; Carla Sofía Piantini, Aída Piantini de Soto y Ana Paula Piantini.

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Ivelisse VillegasSanto Domingo

El cordón umbilical que une a una madre y un hijo no lo define la naturaleza que le dio la facultad de procrear, sino el amor, el compromiso, sacrificio y abnegación que trae adherido este rol que hace tan feliz a quienes lo asumen para toda la vida.

Un ejemplo a emular por esta y otras generaciones es Aída Piantini de Soto, madre de Nicole Marie, Jorge y Juan Carlos Soto Piantini, quienes le han dado de regalo a cinco hermosos nietos: Daniel Antonio, Mila Victoria, Andrés, Ana Paula y Carla Sofía.

Esta entrevista se desarrolló en un ambiente característico de hogares en el que predomina la confianza, el amor y la espontaneidad.

¡Aída está feliz!, según ella es la primera vez en la que pone de manifiesto a través de un medio su rol de madre, y cómo ha sido su vida con esta dicha, que en principio quería, no para ejercer el rol, sino para hacer un regalo a sus padres. Hoy, de abuela, está satisfecha con su gran cosecha y agradecida de Dios por permitirle disfrutar de ambas experiencias.

Rodeada de sus hijos, nietos y esposo, cuenta: “Cuando descubrí que estaba embarazada me puse muy feliz y loca por decírselo a mis padres, quienes estaban de viaje en ese momento. A pesar de que no se usaban las sonografías, elegimos el nombre de Nicole Marie y acertamos”.

Asegura que tiene de base para hablar de su maternidad haber tenido una madre a tiempo completo... Daysi Espaillat de Piantini. Y aunque no ha podido reproducir este patrón en su totalidad, siempre ha estado al lado de sus hijos y ahora de sus nietos.

Esto se debe a que es la propietaria del preescolar Piaget, el cual inauguró con su hija Nicole en brazos; lo que permitió educarlos los primeros años, cuidarlos y cuando terminaba la jornada se iba con su prole a casa. Para mayor satisfacción su hija estudió Educación Temprana y están juntas en el colegio y en la cría de los nietos.

“Cuando hay crisis como en toda familia, como mujer creyente oro mucho y las oraciones me dan los fundamentos de la unidad, tolerancia, perseverancia, y tantas virtudes, lo que nos mantiene enfocados; de igual forma, hay que abrir la comunicación todo el tiempo con los hijos, para saber lo que quieren y así poder ayudarlos y acompañarlos. Uno no puede ruborizarse con las cosas de ellos”, dice Piantini.

Confianza La falta de comunicación afecta mucho el desarrollo de cualquier relación e individuo, por tal razón las madres deben explicar todo el tiempo a los hijos el porqué de cada situación por la que se está atravesando. “Es una manera de no ser indiferente ante las necesidades de los hijos ”, dice Aída Piantini, quien además es Psicóloga Escolar, aval suficiente para recomendar que a los hijos hay que mostrarles una maternidad feliz y plena. Y hay que cuidar de que los problemas de un hijo no lo cargue la familia; que como madre tenga la suficiente entereza para ayudar a ese hijo y poder ofrecerles a los demás lo que en su momento estén necesitando.

Como madre y abuela es muy exigente, pero ejerce la diciplina con mucho amor. Cuando lo hace es porque quiere lo mejor para ellos, y se lo hace saber. “Quiero que sean capaces, felices y de éxitos. No me refiero a que no experimenten dolor y cometan errores, sino que sepan cómo sobrepasar situaciones equivocadas y difíciles para que puedan valerse por sí mismos y encontrar sus propias respuestas en la vida, y que encuentren la felicidad, no en un estado de plenitud y abundancia, sino en aquella que se construye compensado con los momentos vividos día a día”.

“Cuando estoy con mis hijos trato de que me hayan sentido ese día. Soy una madre privilegiada, pero reconozo que no todas han tenido la suerte que yo he tenido: un esposo como Ramón Antonio Soto, que me ha soportado como mujer y madre, que me ha dado apoyo profesional; he podido educar a mis hijos. Todas tenemos el poder de decidir ser las madres que queremos ser”, asegura.

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