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DE CERCA

¡Llegó la hora de los abrazos!

El equipo que conforma el departamento de Diseño de Revistas de Listín Diario es un grupo auténtico y especial.

Polifacéticos, creativos, entusiastas, solidarios y con una alta convicción de respeto en todo lo que se refiere al trabajo en conjunto.

Afanan contra el tiempo y deben arreglárselas para que todos los procesos se cumplan exitosamente demostrando que pueden ser eficientes y eficaces ante cualquier situación que se presente.

Por la naturaleza de las labores que desarrollo me veo precisada a estar cerca de ellos y he aprendido a admirarlos en muchas cosas. Algunos días he llegado al área y los he encontrado analizando la toma de difíciles decisiones y he observado, callada y audaz, como saben gestionar sus emociones con grandes habilidades sociales para no lastimar a los demás.

Confían los unos en los otros y han creado un ambiente de confianza donde nadie siente que “alguien quiere cazarlo”, o que están en “una sala de juicio”, sencillamente cada quien da lo mejor de sí siendo responsables de sus errores y se apoyan mutuamente para reparar los daños.

Están convencidos de que los contratiempos son parte del juego, no se dejan llevar por el momento. Han aprendido a identificar sus fortalezas y debilidades y cuando hay que moverse en un terreno en el que no se sienten expertos, ceden el paso a quien tiene la experiencia y pueda ampliar su campo de visión.

Para ellos el trabajo en equipo es la combinación perfecta entre la comunicación, el equilibrio de los aportes y la diversión.

Quizá sin proponérselo han desarrollado una identidad común y van tras el mismo objetivo logrando que cada miembro esté consciente de su importancia para alcanzar la meta trazada. Esta complicidad es fundamental para generar un ambiente de competencia sana, amor y respeto. Pero de todos estos puntos positivos, existe un hecho singular que me ha motivado a escribir estas líneas, es la manera magistral en la que ellos logran desconectarse de la presión del trabajo diario. Dos veces por día, a media mañana y a media tarde, sin importar la urgencia e importancia de la asignación que estén realizando, han programado una alarma que les indica que ha llegado “la hora de los abrazos”.

Como si estuviera ensayado, cada uno se levanta de su silla y comienzan a abrazarse entre sí sin decir frase alguna y con la única intención de llenarse de energía y vitalidad. Sin lugar a cuestionamientos el abrazo es un excelente medio de comunicación entre las personas, es una maravillosa forma de dar y recibir amor a quienes nos rodean. Aplaudo esta iniciativa que deja claro que este equipo valora la calidad humana de sus compañeros.

Ahora que estamos en Navidad, época perfecta para el amor, cuánto me gustaría que esta maravillosa iniciativa se esparciera como pólvora a todos los escenarios de nuestra vida y que demos inicio a una jornada de abrazos.

¡Hasta el Lunes!

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