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CRÓNICA LIGERA

¡Mis regalos!

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Ana Mercy OtáñezSanto Domingo

Partes autem dell El 2016 ha sido el año de los regalos para el alma con que Dios me premió. Justo una acción me llevó a tomar las decisiones más importantes en lo personal y en lo profesional, conduciéndome desde el primer día de este año a vivir en constantes cambios físicos, emocionales y profesionales, que han hecho de este período un contínuo viaje de emociones y fiestas en mi corazónÖ Como primera acción dejé en el camino aquellas cosas que hacían mi carga más pesada, es difícil, pero da satisfacción poder deshacernos de personas toxicas, “amigos”, relaciones amorosas, sueños atravesados o impuestos por determinadas situaciones, lo que me permitió volver a encausar mis metas. Entré en un profundo autoanálisis que me permitió retomar el trayecto de mi vida y saber hacia donde en realidad quiero dirigir el barco de mi existencia. Esto me volvió más proactiva, entrando de lleno en el mágico mundo de mis sueños, no el de otros. Retomé mis horarios y me volví más disciplinada. Obvié toda dispersión. Me cargué de paciencia, sobre todo conmigo misma. Dejé de acusarme cuando las cosas no salían como las planificaba. Entendí la importancia de dejar a Dios actuar y hoy disfruto de sus acciones en su tiempo. Escribí, hablé, me desahogué con la simple intención de sacar de mí todo dolor o rencor. Ya no hago historias en mi mente, sino que procuro la realidad de las cosas. Comencé una rutina estudiantil, después de reconocer mis debilidades. Pues a cierta edad hay que releer varias veces. Mi mayor esfuerzo lo he puesto en acciones para mejorar contínuamente como ser humano y para saborear el bienestar conmigo misma y no con nadie más. He podido pedir perdón, aceptando que me equivoqué sin sentirme disminuida; todo lo contrario, eso me ha hecho grande. He elegido a las personas adecuadas para junto a ellas aprender y crecer, pero sobre todo hoy sé a quién puedo tomar de la mano. Tengo una mente menos intensa, lo que me ha hecho estar más tranquila, refugiada en un estilo de vida que no tiene que ver con atributos físicos, sino con el deleite del alma. He aceptado el cambio. Hoy hablo de ideas, identifico talentos y ayudo a otras personas, porque la vida se trata de hacer lo que uno ama. Este año he recibido muy buenos regalos: Autoconciencia, aceptación, concentración, motivación, equilibrio, resiliencia y adaptación. Después de esa adquisición ha llegado todo lo material que complementa mi vida. Con el poder de Dios nos leemos la próxima semana.

¡Feliz Navidad!

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