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TRAYECTORIA

‘La dama de la moda mexicana’

Soy una mujer que trabaja con pasión. Cuando tengo un proyecto me comprometo hasta tatuarlo en mi piel", dice Trepaud.

Detrás de los aplausos que cierran cada exitoso espectáculo de moda, las luces, las modelos, los diseñadores; existe una mujer que no se conforma con nada que no sea lo mejor. La perseverancia y las oportunas estrategias le definen y es a esa mujer a la que nos dimos la tarea de conocer más de cerca. Así que hoy, conversamos con Lisette Trepaud, Relacionista Público, ecuatoriana, madre, hija, dama de negocios y soñadora de la vida.

Usted me contaba que no es mexicana. Yo nací en Ecuador, de padre Francés y madre Chilena. Ha sido uno de esos “accidentes de nacimiento”, porque estaba entre Cuba, donde mis padres vivían; y Chile, donde mi mamá quería que yo naciera; y pues yo nací en el camino.

Solo he vivido en Ecuador unos casi 4 años, me fui a los 10 días de nacida, volví a los 15 años y ya a los 18 me fui a estudiar a Londres.

¿A qué se dedicaban sus padres? Mi padre era diplomático y mi madre era ama de casa. Ella era una mujer encantadora, el alma de las fiestas, una mujer hermosa, elegante, chistosa, simpática y mi padre era un hombre muy inteligente, un gran conversador y “comunicólogo”, me pasaba el tiempo oyéndolo, y mi mamá me decía de chiquita: “Usted ‘mijita’ o va a ser abogada o va a ser diplomática, porque como habla usted”. Y bueno, no estudié diplomacia ni derecho, pero sí estudié comunicaciones.

¿Cómo llega a México? Yo estudiaba en Londres en la BBC y llega una niña de México y me la presentan.

Nos hicimos muy buenas amigas y ahí es cuando me entero que ella era una conductora de TV muy importante de Televisa y es a través de ella que conozco a gente de la cadena televisa y me invitan a trabajar con ellos, era un sueño hecho realidad para una niña de 20 años. Así que desde que me gradué, me fui a México, sin permiso de mi madre; y allí estuve por los 18 meses que duraba el contrato como asistente del productor general de un programa televisivo que se llamaba “Para Gente Grande”, donde se hablaba de gastronomía, política, moda y entrevistas.

¿Qué cree que la llevó a quedarse allí? Tuve una infancia y una niñez donde, por el tema de mi papá, no había raíces porque ya sabes, tenías amiguitos, hacías una vida y de repente teníamos que mudarnos a otro país, entonces una vez llegué a México, decidí que este sería mi hogar y así en un futuro mis hijos sí podrían tener un lugar firme donde “echar sus propias raíces”.

¿Por qué decide irse “sin permiso”? Pues, creo que inconscientemente, sabía que si se lo decía lo tenía que pensar y yo quería atreverme, así que la llamé desde México y le dije: “Mamá vine a vivir a México por un año y medio”, me colgó el teléfono y me dejó de hablar como por 3 o 4 meses hasta que mi hermana arregló el problema.

Entonces poco a poco empecé a alcanzar cosas, me compré mi carro, y con cada escalón arriba, me decía: “Es que no vas a regresar”… y tenía toda la razón y entiendo por qué estaba tan enojada, porque yo era una mariposa que ya había volado de casa.

¿Qué siguió después? Luego de Televisa fui a trabajar a la casa de Bolsa Mexicana de Valores, como Gerente de Relaciones Públicas y después a un banco, donde estuve muchos años. De hecho, el banco compró los derechos de un torneo de tenis y me volví la Directora del Torneo de Tenis por 11 años y lo logré posicionar como uno de los 15 torneos de tenis más importantes del mundo. Y ahí fue donde me contrató Nextel e iniciamos con el proyecto de moda.

Proyecto con Nextel El gobernador del Estado de Guerrero, donde está Acapulco, me llamó y me dijo: “Con el torneo de tenis, usted puso a Acapulco en el mapa internacional así que usted no se puede ir de este estado, propóngame algo para seguir promocionando el nombre de Acapulco”. Entonces, yo viendo la tele, veo un desfile que se llamaba: ‘el desfile de Roberto Giordano’, que era famosísimo en esa época; entonces empecé a investigar quién era el productor, cómo lo hacía; y así fue cómo surgió este evento. Y se convirtió en el evento de moda más importante de América Latina, porque lo transmitíamos por TV, llevábamos a grandes artistas, diseñadores y modelos y pasó a ser un espectáculo de moda más que un simple desfile. El primer gran diseñador que llevamos fue Oscar de la Renta.

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