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Familia Almonte: una promesa hecha realidad

Cuando el padre de Roberto Almonte murió le hizo prometer que iba a velar siempre por sus hermanos, porque en él tenía cifrada todas sus esperanzas. Este compromiso que asumió cuando apenas tenía 15 años de edad, todavía está perenne.

Este sentimiento paternal lo multiplicó en grandes cantidades, cuando procreó su familia, junto a su esposa, Marilyn. De ahí en adelante ha tenido que conjugar todos los roles, en los cuales, según él, ha tratado de dar lo mejor de sí.

Para dar testimonio de su éxito financiero, Roberto Almonte escribió el libro que lleva el mismo nombre. Y para refrendar su vida de familia tiene a sus 3 hijos: Roberto Gregorio, Robertico y Mallelyn Almonte, en donde está su mayor inversión en valores, buen trato y entrega incondicional de amor. Para esta familia, oriunda del Cruce de Quinigua, Villa González, en Santiago, sus inicios fueron difíciles, y no es fortuito, es parte del proceso cuando se emprende un negocio con pocos recursos como fue su caso, asegura Almonte.

Recuerda que en 1990 comenzó con una tienda informal, al lado de su casa materna,donde vendía repuestos de motor y hoy tiene tres empresas Super Gato, Almonte & Asociados y Almonte Multipartes.

Su éxito se lo atribuye a varias razones: quedar huérfano a los 15 años, y ser el mayor de 10 hermanos, nunca dejó de estudiar, y la promesa que le hizo a su padre de que ayudaría a su familia. Se graduó de Contador Público e hizo una maestría en Finanzas en Estados Unidos, gracias a una beca.

Al unísono con su rol de empresario, tiene que ser papá y mantener con un salario emocional de calidad y constante a su familia, asegura. Para lograr esto, Roberto cuenta con el apoyo de su esposa.

Ambos, a la hora de tomar decisiones sobre los problemas familiares se ponen de acuerdo y se apoyan mutuamente. Esto les ha dado resultados, pese a que, en el caso de Marilyn, ha tenido que aceptar que el modelo de crianza es distinto al que ella vivió. Ha sido la parte más difícil, confiesa.

Almente cuenta que como padre asumió una filosofía de vida que le ha dado resultados, y es que reconoce que cada hijo tiene una personalidad diferente. Y bien o mal cada uno hace su propia vida. “Yo no puedo pretender que mis hijos e hijas sean igual a mí. Les doy libertad y respeto mucho sus decisiones, haciéndoles saber todos los días lo importante de la unión en la familia, el valor de trabajar y a que asuman con responsabilidad cada decisión que tomen”.

Su hijo Robertico, presente en la entrevista, lo reconfirma, cuando dice: “Mi papá siempre nos inculcó estudiar mucho, el respeto hacia los demás, y que cada decisión que tomemos, sea personal o laboral, siempre estará ahí apoyándonos. Soy el administrador de Super Gato, empresa distribuidora de motores, y mi hermano Roberto Gregorio es quien dirige Almonte Autopartes, y el trabajar juntos es la mejor experiencia.

“Mi papá es diferente a otros padres, nos da confianza para que tomemos nuestras propias decisiones, y aun siendo el propietario de todo; compartimos tiempo en familia. nos gusta ver el juego de pelota, vamos a la casa de veraneo y, en fin, somos una familia muy unida”, dice.

Al momento de la enrevista, su hijo mayor, Roberto Gregorio, está en viaje de negocios en China. A través de un mensaje de texto dice: “Agradezco a Dios por la vida, por la familia en que me permitió pocrear y todo lo que me ha sido obsequiado. Siento que he sido más que bendecido por tener el mejor ejemplo de padre, del cual me siento orgulloso y por la excelente e incondicional madre que me ha regalado. Mi padre es mi pilar más fuerte, Es un hombre altruista, humilde, un ejemplo a seguir para toda su familia y comunidad. Agradezco a mis padres por todos el amor que me han dado y el apoyo para mi desarrollo profesional y educarme con los mejores valores”.

Desafío constante Filosofía: “En mi caso, yo tenía dos opciones: o progresar o fracasar. Y mi ejemplo es mi legado de familia, por esto desde la secundaria mis hijos trabajan en la compañía. Para esta familia la honestidad es un valor intrínseco. Y la mejor manera de sembrarla es con el ejemplo, porque los hijos emulan a sus padres. Si no somos íntegros en nuestra forma de ser, ellos viven eso y lo sienten, entonces no podemos esperar que lo sean”, asegura. Este valor en su vida, lo hace reconocer que, pese a su éxito profesional, como padre no le puso la atención requerida a su hija más pequeña, por el afán y el crecimiento que registraron los negocios en estos últimos tiempos, pero gracias a Dios tiene ahora más tiempo para dedicarse a ella y compartir con sus nietos a quienes adora. A sus hijos les deja un legado de familia y negocios, que ellos tienen que aprender a cuidar y a valorar porque él está supuesto a terminar los años que le quedan haciendo sus hobbies favoritos: viajar, visitar lugares donde el mar sea el protagonista y recorrer montañas.

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