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Familia con una óptica distinta

La familia Batlle Logroño siempre ha estado enfocada en educar a sus hijos en los valores de la educación y el trabajo, sobre la base de un amor incondicional.

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Ivelisse VillegasSanto Domingo

La melodía “Balada para Adelina” de Richard Clayderman tocada en el piano por Alejandro Batlle Logroño y el maullar de un felino dio la impresión de haber llegado al hogar perfecto. Y así fue. Juan Francisco Batlle Pichardo y su esposa, Yolanda Logroño abrieron las puertas de su residencia, junto a sus hijos para dar un testimonio de primera mano, de sus inicios en la medicina y cómo ha tenido que conjugar el rol de padre y profesional, de forma tal que ninguno salga lastimado.

Según la pareja, ha sido una ardua tarea que ha dado sus frutos. Tienen tres hijos: Juan Francisco, Alejandro y Nicole, a quienes formó teniendo como valores principales la educación y el trabajo.

Dice que una de sus mayores satisfacciones como padre es que sus hijos se han integrado a trabajar junto a él: Juan Francisco, su hijo mayor, lo imitó en la profesión y ambos laboran en su proyecto de vida, el Banco de Córneas, un programa de trasplante gratuito que permite a pacientes de escasos recursos recuperar la visión y también, en la Clínica Especializada en Oftalmología Centro Laser.

Asimismo, Nicole estudió Gerencia y Economía de Salud en la Universidad de Miami y cursó una maestría en el Instituto IESEG, de París, Francia, y trabaja en la parte administrativa y Alejandro, el más pequeño, a pesar de ser autista, labora en el área de tecnología digitando los record de los pacientes.

Para ella sus padres son todo en su vida, especialmente su papá, que es un ejemplo de dedicación, superación, motivación y persistencia.

“Mi familia es especial. Los momentos que vivimos son únicos, porque tenemos a nuestro hermano Alejandro, quien con sus ocurrencias, los logros que obtiene y su convivencia día día nos hacen únicos en el mundo”, asegura Nicole.

Francisco Batlle mira a su hijo Alejandro con mucho amor, y exhibe verbalmente los logros obtenidos por él. Varias medallas obtenidas en Olimpíadas Especiales fuera del país. Al mismo tiempo, de forma jocosa y en su lenguaje, propio de personas con esta condición de salud, Alejadro cuenta que cuando gana, a su competidor le dice “jajaja te dejé’. Motivo de risas y algarabía en la familia.

Sentados en la sala de su residencia, entre gestos y muestras de cariño que denotaban el gran amor filial entre ellos, Juan Francisco Batlle aseguró que desde muy pequeño le inculcó a sus hijos el valor del trabajo, estudiar y perseguir la excelencia en todos los proyectos que emprendieran.

Una de las cualidades que exhibe esta familia es su rol altruista, valor que es reconocido por quienes conocen su trayectoria profesional y, precisamente, en este mes el doctor Batlle recibirá un reconocimiento en la Universidad de Duke, Estados Unidos como el “Alumno más Humanitario”.

Batlle asegura que como padre su mayor desafío fue aceptar la condición de salud de su hijo, pues a principio entendía que su comportamiento respondía a actos de rebeldía, hasta que lo asimiló y hoy, gracias a su apoyo y amor es un joven que trabaja con ellos en el banco de córneas, corre triatlón y su “hobbies’’ favorito es tocar piano.

Cómplices Apoyo incondicional Pararelo a los estudios, y los proyectos profesionales y familiares los niños crecían bajo la sombrilla de su esposa Yolanda, quien, pese a su carácter afable y cariñosa, estuvo siempre enfocada en que la familia tenía que seguir el ejemplo de sus antecesores en todos los aspectos. Ella define a su familia como un núcleo muy divertido en donde se disfrutan las pasiones y los hobbies, entre ellos sus deportes favoritos; la pelota, ya que fue madrina de los Tigres del Licey y el tenis, disciplina que jugó en canchas internacionales. También los fines de semanas suelen montar caballo y viajar con su esposo, como lo están haciendo ahora.

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