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El miedo escénico

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Lissette Selman / Especial para LISTÍN DIARIOSanto Domingo

Ese temor que nos atrapa de solo pensar que hemos de exponernos frente a un público es más común de lo que se imagina. Esencialmente e intentando pensar positivamente, proviene del interés de hacer un papel digno y a la altura de las circunstancias; sin embargo, lo que subyace en el interior no es más que la falta de confianza en nuestras capacidades y recursos. La formación, el entrenamiento y la constante exposición nos ayudan a comprobar que las limitaciones están en la mente.

El miedo ha sido desde siempre el arma más poderosa con la que manipular al ser humano; lo han hecho las religiones, los políticos y los hábiles malintencionados ante las mentes débiles. El temor al ridículo es dudar de nuestras capacidades, aptitudes y encantos personales y, créame, todos tenemos algo que decir, algo que mostrar.

REEDUCARNOS EN LA RESPIRACIÓN Salvo que usted estudie canto, locución o haya aprendido a meditar, seguro respira de forma instintiva y no consciente; por tanto, toma aire por boca constantemente. Al hacerlo provoca numerosos perjuicios a su cuerpo, mente y espíritu; entre otras cosas, absorbe partículas y bacterias en el ambiente, reseca su boca y se fuerza a hacer pausas donde no debe, lo que le llevará a no modular adecuadamente, expulsará el aire desde la garganta y no desde el diafragma, aumentará su ansiedad y, por supuesto, estará en peligro de perder el control si está frente al público.

Reeducarse en este aspecto requiere disposición, disciplina y constancia; haga ejercicios de respiración inspirando, reteniendo, exhalando lenta y nasalmente varios minutos al día. Al hacerlo, infle su vientre y no sus pulmones, tendrá mayor capacidad para moderar su aire racionalmente y mayor fuerza para proyectar su voz desde el diafragma.

Su cuerpo se irá acostumbrando a ello y logrará convertir la nueva forma de respirar en un proceso igualmente espontáneo, pero de forma correcta, solo por la nariz; la diferencia es beneficiosamente sustancial en todos los sentidos.

EL PODER DE LA MIRADA Para cualquier orador el contacto visual es de suma importancia. La mirada expresa mucho; no en vano se dice que los ojos son el espejo del alma. Quien lo elude en una conversación podría, incluso, ser interpretado como evasor de verdades, además de inseguro.

Sin embargo, al momento de pararnos frente al público, reconozco que hacer contacto visual incrementa la ansiedad; pero hay algunas técnicas para salir adelante mientras se recobra la calma. Una de las más antiguas es la de ubicar tres puntos ciegos a la izquierda, centro y derecha del salón, tocando visualmente las cabezas de las personas en las últimas filas; siempre habrá alguien que sienta que es a quien usted está mirando. Lo de tangencial es importante, porque si eleva la mirada el auditorio se dará cuenta de su técnica.

Pasados los primeros minutos de su exposición, ya habrá ido disminuyendo su ansiedad y podrá entonces identificar esos rostros que le ven con una sonrisa o asintiendo a sus conceptos, en los que podrá apoyarse para reforzar su confianza.

CONÓCETE A TI MISMO Tenía tanta razón Sócrates, el célebre filósofo y maestro griego; su famosa frase es una invitación constante al trabajo interior. ¿Quién soy?, ¿De dónde vengo? ¿Para qué y por qué estoy aquí? Entre otras reflexiones, nos ayudan a construir un ser fortalecido, claro en sus propósitos, afín a todo lo vivo y por tanto, consciente de que desempeña un papel importante en el conglomerado humano, en lo social y profesional. Este es el segundo paso en mi receta contra el miedo escénico.

Por ello y otras razones, dedicar al día unos minutos a solas a reflexionar respirando lenta, nasal y profundamente, en un ligero proceso de meditación, nos ayuda a descubrirnos cada día un poco más, a identificar nuestras fortalezas, motivaciones, anhelos, frustraciones también ¿por qué no? Solo conociendo todo lo que nos define, podemos reforzar nuestros talentos y trabajar nuestras debilidades.

Le invito a hacer una lista de sus virtudes, talentos, capacidades, logros y cualidades; se dará cuenta de cuánta satisfacción tiene para disfrutar, estimular su espíritu y cobrar fuerzas para seguir adelante, apoyándose en todo ello para trabajar sus áreas de superación, de las que igualmente hará otra lista. El propósito ulterior será que la enumeración de la primera crezca con el tiempo, mientras que la segunda disminuye.

SER UN MEJOR SER HUMANO ES TAREA INDISPENSABLE DE TODOS. Creeré que puedo. La confianza personal es Viviré el momento, porque cualquier error del pasado solo debe servirme para haber aprendido e intentar no repetirlo, mientras que se ignora el futuro.

Recordaré que no hay perfección, pero si perfeccionamiento y pondré mi empeño en ello, visualizando el éxito en mi tarea. Además, habitualmente no se nos evalúa por aspectos individuales en una exposición, sino en conjunto.

Asumiré el propósito de mi exposición pública, porque cada mensaje, no importa si es de índole técnica, debe convencer e inspirar al público.

Seré yo misma/o, porque en la autenticidad reside un alto porcentaje de la naturalidad, pero también de la comodidad al exponerme ante los demás.

Daré lo mejor de mí, porque en el empeño hacia la excelencia está el resultado de la preparación y la disposición a lograr la meta.

HERRAMIENTAS COMPLEMENTARIAS Hay otros aspectos complementarios que, seguidos con rigor, nos ayudan a vencer el miedo escénico, bien sea ante una exposición programada, bien ante una improvisada:

1. Sea una persona informada, así tendrá referencias y opiniones sobre temas diversos. Le servirá hasta para entablar una conversación interesante.

2. Lea, lea y lea para ampliar su vocabulario y cultura. Quien no lee vive abstraído del mundo y tiene un vocabulario muy limitado, por tanto menos recursos para expresarse, lo que crea mucha tensión.

3. Investigue sobre su tema; clasifique la información priorizando la esencial, reservando la complementaria y desechando la que no tiene tal relevancia y solo hará más largo su discurso.

4. Respire nasal, lenta y profundamente ¡siempre!

5. Haga estiramientos corporales para aliviar la tensión mientras se prepara para salir a escena.

6. Nunca coma fuerte antes de exponerse públicamente, se sentirá “pesado”.

7. Manténgase hidratado con agua a temperatura ambiental.

8. Prepare su material con tiempo.

9. Organice su exposición de la forma más sencilla posible, pero suficientemente completa. Menos es más.

10. Defina y decida los recursos que requerirá para su exposición y pruébelos antes del día señalado.

11. Elija con tiempo el atuendo que usará.

12. Identifíquese con su discurso, cuando usted se cree el mensaje, transmitirá pasión y convicción.

13. Practique frente al espejo.

14. Grábese y/o fílmese para observarse.

15. Sonría; eso logra maravillas.

16. Salude con amabilidad, eso hará que el público le reciba cálidamente en su atención.

17. Hable desde el corazón, así podrá ser usted y la naturalidad le ayudará a sentirse cómodo.

18. Mantenga la respiración nasal y lenta para sostener el control de si mismo.

19. Confíe en usted. Recuerde sus fortalezas y apóyese en ellas. Lo demás fluirá.

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