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Peppino Bonarelli

Un padre que vale por cien maestros

CONFESIONES SOBRE SU VIDA PATERNA

Familia. Anibale, Giuseppe hijo, don Peppino, Giovanni y Piero Bonarelli

Familia. Anibale, Giuseppe hijo, don Peppino, Giovanni y Piero Bonarelli

Para Giuseppe Bonarelli Pascale, ser padre es más que procrear.

Es sentirse orgulloso de su obra, del resultado obtenido en cada uno de sus hijos.

Con cuatro hijos y 10 nietos, un orgulloso patriarca abre al LISTÍN DIARIO las puertas de su oficina, en la que fotografías de sus descendientes adornan la mayor parte de los espacios. Cada objeto allí, evidencia de la importancia que reviste para él su mejor negocio: la familia.

Don Peppino, como le gusta que le llamen, es de naturaleza alegre y entusiasta, ambas cualidades acompañan la narrativa de este padre que, con orgullo expresa cómo sus hijos caminan más allá de donde sus propios pies han llegado. “En días pasados un amigo me dijo: ‘tus hijos son mejores que tú’. Mi cuerpo y alma se emocionaron.

‘Si son mejores que yo, entonces hice bien mi trabajo de padre’, respondí”, relata satisfecho.

La complicidad de compartir tiempo con su descendencia es una cultura de la familia que formó. Le suma confianza a esta hermosa relación, a tal punto de entregarle a sus vástagos desde los negocios hasta sus fuerzas… y aún así, Bonarelli expresa que le gustaría poder darles más.

El legado más grande que puede construir para sus descendientes es que “cuando vayan a algún lado los reciban con los brazos abiertos porque son hijos de don Peppino y que nadie les pueda decir o señalar por algo negativo que yo haya hecho”, destaca.

Su clave Ser padre no ha sido tarea fácil. Confiesa que no solo es una gran responsabilidad, sino que es un proyecto al que hay que emplearse a fondo. “Porque es de ahí que salen las futuras generaciones y la continuidad de tu familia”.

Para él la unión familiar se fundamenta en predicar con el ejemplo y dejar las cosas fluir. Esta ha sido su fórmula para tener cuatro hijos de ensueño, como lo define don Peppino con brillo en los ojos.

Narra la relación de complicidad que se ha generado entre ellos y de la que disfrutan a plenitud junto a Rossy de Bonarelli, su compañera de siempre.

“Yo creo mucho en la familia.

Si los hijos lo que ven es trabajo, dedicación y abnegación es normal para ellos que las cosas sean así, pero siempre hay que estar ahí por si alguno se equivoca, tenga claro que le voy a corregir”, expresa enfático.

Éxitos compartidos Cada uno de sus hijos ha triunfado en los negocios y añora enseñarle a sus vástagos, las cosas que han aprendido de su padre. Peppino Bonarelli disfruta esta etapa de su vida en la que ha decidido retirarse de la oficina para disfrutar de las bondades de la naturaleza.

“Me regocija cada cosa que involucre a mis hijos porque para mí siempre serán mis niños. A la edad que tienen aún van y se acuestan todos conmigo en la cama. La mayor parte del tiempo estamos juntos, porque los hijos no tienen edad para los padres. Me complace ser más que su padre, su amigo y cómplice”.

Con optimismo y agradecimiento, don Peppino define los regalos que le ha dado la vida, como las mejores bendiciones, aquellas que lo llenan de satisfacción y lo hacen sentir realizado. “La vida es disfrutar de cada etapa”, dice satisfecho.

Para este padre, no hay mejor regalo que compartir sus pasiones e ideales con sus hijos, disfrutando cada día.

Porque más allá de darles la vida ha sabido acompañarlos, orientarlos y enseñarles los valores que los han encaminado al éxito profesional, y han contribuido a generar una relación familiar plena, resalta.

DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN “De mi padre aprendí a ser honrado, perseverante, agradecido, trabajador y desprendido, y eso he tratado de enseñarle a mis hijos, quiero que lo aprendan mis nietos, porque a la persona agradecida y honrada todas las puertas se le abren”, sostuvo don Peppino Bonarelli.

Mientras que sus hijos coinciden en que su padre no solo les enseñó a regirse por valores morales, sino también a tenerle amor a la familia y a entender que hay que trabajar para ganarse las cosas.

Otro punto en el que concuerdan es en el hecho de haber contado con la confianza de su padre para administrar los negocios de la familia, y con la motivación para trabajar en armonía como un verdadero equipo.

Unión. Peppino Bonarelli Pascale junto a tres de sus cuatro hijos, quienes tienen la mejor definición de lo que es un padre proveedor,amoroso y entregado a la familia

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