Teatro Nurín Sanlley

¡Hola, buenos días! Con la bendición divina de nuestro salvador Jesucristo, nos encontramos esta semanaÖ Hace unos días estuve en el concierto del cantautor colombiano Andrés Cepeda, un show magnífico, y el que por segunda vez tengo la oportunidad de ver. Este es un intérprete de excelentes cualidades vocales y letras limpias que enamoran. Pertenece a una generación de artistas en la que también ubico a Santiago Cruz, ambos han basado su carrera en escribir buenas historias, hacerlas canciones apostando al amor, al desamor y a las distintas realidades de pareja que se presentan. Sus temas encuentran apoyo en todas las generaciones. Me gusta cómo se crece en el escenario este artista, quien basa sus presentaciones en él, y sin grandes adornos conquista el alma de su público, que se hace su cómplice y tararea sus temas al compás de élÖ Nada mejor como anfitrión que nuestro Anthony Ríos, quien con sus tradicionales canciones dio inicio a una noche de romanticismo y sentimientosÖ Por cierto, uno de los momentos más emotivos fue cuando Ríos se refirió a la situación que vive nuestro país al implementar el plan de regularización y las críticas que hemos tenido que enfrentarÖ lo que le valió el más alto de los aplausos de parte de los presentes que se identificaron con su posiciónÖ ¡Somos libres e independientes! Lo que sí llamó mi atención al ser mi primera visita al teatro Nurín Sanlley, ubicado dentro de las instalaciones del Parque Iberoamérica, fue que pude contactar el porqué de las quejas de los lugareños por el alto ruido que provocan las presentaciones artísticas en el lugarÖ A decir verdad, este espacio no está concebido para grandes espectáculos y/o presentaciones artísticas, su entorno no ofrece esas facilidades. No tiene parqueos, y el sonido de adentro perturba de forma desagradable para quienes viven o transitan cerca. Yo solo pude contactarlo desde la calle Pedro Henríquez Ureña, cerca del reconocido colegio ubicado en la zona, y de verdad que resulta molestoso y más si usted no disfruta lo que escucha, claro, debemos ser conscientes y nadie, me imagino, discute la buena ubicación y el pueblo ha demostrado más de una vez que está deseoso de espacios para divertirse de esta manera en el centro de la ciudad, pero, debido a las diferentes actividades artísticas que faltan en lo que resta del año, creo prudente que la Alcaldía del Distrito Nacional haga una evaluación del Anfiteatro y presente una propuesta en la que todos salgamos beneficiados...

Nos reencontramos la próxima semana si Dios así lo permite.