Un padre divertido

Gabriela y Vladimir hijo son dos regalos que Dios le ha dado a Vladimir de León para disfrutarlos. Es una responsabilidad en que se complace, confesión que hace luego de una divertida hora de Paintball (bola de pintura en español), juego que cada fin de semana comparte apasionadamente con el menor de sus retoños.

El pequeño de 5 años gusta de todo cuanto hace su padre. Entre ambos se desarrolla una amistosa complicidad que De León, antes de ser papá, nunca imaginó que sucedería. “Tengo ocho años jugando Paintball. Cuando el niño tenía tres, quiso acompañarme- yo lo complací- y desde el año pasado ya también se integró”, dice.

Y es que el vástago trata de parecerse a su progenitor en muchos aspectos, ¿cuáles?: aquellos como los relativos a sus hobbies como los carros, los deportes extremos y, por supuesto, el considerado deporte de estrategia: Paintball.

Una de las cosas en que De León se deleita en esta etapa de su paternidad es la belleza de la su edad: Su inocencia, ocurrencias, la forma de hablar, sus consejos estratégicos en el campo de juego, en fin, todo lo que hace con el infante es causa de satisfacción para él.

Nunca imaginó que su hijo, a tan corta edad, se animaría a practicar; pero se ha adentrado tanto que Vladimir hijo se ha convertido en la “mascota del equipo”, pues los jugadores son jóvenes y adultos. Por eso esta adopción, basada en la aptitud del niño, ha sido efectuada de manera espontánea.

Recuerda con alegría la primera vez en que el pequeño jugó de su lado con mucha valentía y destreza, lo cual le dio una gran satisfacción. “Yo disfruto ser parte de la vida de mis dos hijos y que ellos sean parte de la mía”.

¿Cómo proyecta esta relación en 10 años? “Yo creo que será mucho más estrecha. Ahora él me observa y me apoya para aprender: juega, recoge el bulto, entre otras cosas; en diez años los roles cambiarán, yo le apoyaré en que sea mejor, porque actualmente practica otros deportes y en cualquiera de ellos que quiera destacarse yo lo entusiasmaré y lo ayudaré”, promete Vladimir de León.

Y es que De León se confiesa como una persona competitiva, y le sería de mucha alegría que sus hijos también lo sean.

“Mi hobby más divertido es apoyar a mis hijos”, concluye.

ENSEÑANZA GENERACIONAL Durante su infancia, Vladimir de León tuvo dos guías paternas: su padre y su tío. Ambos, desde aspectos diferentes, fueron sus cómplices. Con su padre aprendió a disfrutar de las responsabilidades del hogar. El tío, por su lado, le incentivó a gozar los momentos de entretenimientos. Hoy, en su rol paterno, él ha fusionado ambas enseñanzas.