PAPA INFANCIA

El papa lamenta el robo "cruel" de la infancia por las guerras, drogas o migraciones

El papa explicó a los niños y niñas del mundo que "no podemos -dijo- llegar a ser felices en solitario porque la felicidad crece en la medida en que se comparte".

El papa Francisco imparte la bendición durante su audiencia general semanal en el aula Pablo VI del Vaticano, miércoles 24 de enero de 2024.

El pontífice argentino se dirigió directamente a los niños del mundo en un mensaje por este evento, que tendrá su primera edición en Roma los 25 y 26 de mayo al estilo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
foto de archivo AP

El papa Francisco ha lamentado este sábado que en la actualidad a muchos niños "se les roba la infancia cruelmente", víctimas de la guerra, la pobreza o la droga, según denunció en su mensaje por la I Jornada Mundial de los Niños.

El pontífice argentino se dirigió directamente a los niños del mundo en un mensaje por este evento, que tendrá su primera edición en Roma los 25 y 26 de mayo al estilo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

"No olviden a cuántos de ustedes que, aun siendo tan pequeños, ya están luchando contra enfermedades y dificultades, en el hospital o en su casa, a quienes son víctimas de la guerra y de la violencia, a quienes sufren el hambre y la sed, a quienes viven en la calle, a quienes se ven obligados a ser soldados o a huir como refugiados, separados de sus padres, a quienes no pueden ir a la escuela, a quienes son víctimas de bandas criminales, de las drogas o de otras formas de esclavitud y de abusos", dijo Francisco.

Y agregó: "En definitiva, a todos esos niños a los que todavía hoy se les roba la infancia cruelmente".

"Escúchenlos, o mejor aún, escuchémoslos, pues con su sufrimiento, con los ojos purificados por las lágrimas y con el constante deseo de bien que nace del corazón de quien ha visto verdaderamente qué terrible es el mal, nos hablan de la realidad", animó.

El papa explicó a los niños y niñas del mundo que "no podemos -dijo- llegar a ser felices en solitario porque la felicidad crece en la medida en que se comparte".

"Cuando aquello que hemos recibido lo guardamos sólo para nosotros, o incluso hacemos berrinches para conseguir este o aquel regalo, en realidad nos olvidamos de que el don más grande somos nosotros mismos, los unos para los otros", defendió.

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