Santo Domingo 25°C/26°C scattered clouds

Suscribete

A DISTANCIA

Burkinis y burkas, prendas de la discordia

Avatar del Listín Diario
Adolfo ValenzuelaSanto Domingo

El burkini es una combinación de burka, esa pieza femenina que cubre a las mujeres musulmanas de pie a cabeza, permitiendo una pequeña apertura en los ojos, y bikini. Bueno... pues bikini. Todo el mundo lo conoce.

Ya la alcaldía de Niza, en Francia, anunció su prohibición, lo cual puede diseminarse hacia otras áreas francesas, luego de varios atentados llevados a cabo por seguidores de los yihadistas del Ejército Islámico.

Como antecedente, el gobierno francés también había prohibido el velo integral en el año 2010, sobretodo en “los espacios públicos, aunque la ley permite salvo excepciones la vestimenta o el uso de signos religiosos en el espacio público”.

La pieza fue creada en Australia hace más de 10 años, para “permitir a algunas musulmanas ir a la playa sin quebrantar sus creencias religiosas”, luego de los disturbios en Cronulla, en Sydney, donde jóvenes anglosajones se enfrentaron con la policía y atacaron a toda persona con apariencia árabe, en especial miembros de una amplia comunidad de libaneses en Australia.

Para unos, en verdad, cubre el pudor de aquellas que no pueden, bajo ninguna circunstancia, disfrutar de la libertad de un bikini en lugares públicos.

Para otros, es un símbolo de opresión para las mujeres que lo usan, porque, de acuerdo con sus conceptos, éste “era la traducción de un proyecto político, de contrasociedad, fundado en la esclavitud de la mujer”, en palabras del Manuel Valls, primer ministro francés.

Ahora, cruzando la frontera, Alemania está en camino de prohibir, al menos parcialmente la burka.

impulsada, también, por mortales atentados. El ministro de Interior alemán, Thomas de Maiziere, expresó que “queremos introducir legalmente la obligación de mostrar el rostro allí donde sea necesario para nuestra sociedad: al volante, en los procesos administrativos (...) en las escuelas y las universidades, en los servicios públicos, ante los tribunales”...

La disyuntiva está entre la libertad religiosa, en la que se pueda utilizar objetos que la distingan sin ningún tipo de impedimento, viviendo la religión en paz, y la presión social y gubernamental en la que afecta “varias libertades fundamentales como la libertad de opinión, de religión, a la elección de vestimenta y de circular libremente”. En todo caso, a mayor presión, más atentados. Penosamente.

Tags relacionados