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EEUU

Tiroteo con dos muertos en fiesta juvenil en Florida no fue acto terrorista

HASTA AHORA HAY TRES SOSPECHOSOS EN CUSTODIA, PERO LA POLICÍA BUSCA A OTROS INDIVIDUOS

Dos personas resultaron muertas y más de 15 heridas por disparos de arma de fuego contra los asistentes a una fiesta juvenil en Fort Myers (Florida, EE.UU.) en circunstancias todavía no aclaradas.

La Policía de la ciudad, situada en la costa oeste de Florida, descartó la posibilidad de que se trate de un acto de "terrorismo", pero no informó hasta ahora de los móviles de este hecho de violencia ni tampoco de cuántas personas dispararon.

Algunos testigos dijeron a los canales de televisión que vieron a un hombre con un arma semiautomática disparar de manera indiscriminada en el estacionamiento de la discoteca.

Hasta ahora hay tres sospechosos en custodia, pero la Policía busca a otros individuos en relación con un hecho que tiñó de sangre los alrededores del Club Blu al finalizar una fiesta juvenil, dijo Dennis Eads, jefe provisional de la policía local.

Eads habló durante una rueda de prensa en la que también intervino el gobernador de Florida, Rick Scott, y la fiscal general del estado, Pam Bondi, además de otras autoridades.

La Policía ha pedido colaboración a la ciudadanía para aclarar este nuevo incidente con armas de fuego en una discoteca de Florida, estado que aún recuerda la matanza en el local gay Pulse, en Orlando, donde un joven de 29 años y origen afgano fuertemente armado mató a casi 50 personas a mediados de junio.

El tiroteo en el Club Blu, que contaba con personal de seguridad dentro y fuera para proteger a los asistentes a una fiesta especial para un público de 12 a 17 años, estalló cuando el festejo había terminado y había padres que acudieron a buscar a sus hijos.

Los dos fallecidos son, según la Policía, un chico de 14 años, Sean Archilles, y un joven de 18 Stefan Strawder, que era una estrella de las ligas de baloncesto juvenil de la zona.

Ambos eran afroamericanos como la mayor parte de los participantes en la fiesta.

El baloncestista, que recibió un tiro en el hombro, murió en el hospital general del condado Lee, al que pertenece Fort Myers, indicaron medios locales.

A ese hospital fueron trasladadas 16 personas después del tiroteo, de las cuales solo permanecían allí en el momento de la rueda de prensa tres, dos de ellas en la unidad de cuidados intensivos y una de estas en estado crítico.

Otras personas fueron por sus propios medios a otros centros médicos, por lo que la cifra exacta de heridos no ha sido precisada.

La Policía ha pedido a esas personas que se reporten y hablen con los investigadores para conocer su versión de los hechos.

De las tres personas en custodia, una fue detenida en un retén policial en otro punto de la ciudad y recibió un disparo de un agente, según la Policía de Fort Myers, ciudad de unos 69.000 habitantes y situada a 257 kilómetros de Miami.

Las armas usadas en el tiroteo fueron recuperadas, dijo sin dar precisiones sobre las mismas el mayor de la policía Randy Henderson en una reunión del Consejo Municipal, informó el canal de televisión local WINK News.

La Policía investiga también los disparos hechos a una vivienda y varios automóviles en una zona cercana a la discoteca.

La dirección de la discoteca descartó en un comunicado que alguno o algunos de los chicos asistentes a la fiesta puedan haber sido los autores de un hecho "despreciable".

La Policía indicó que por ahora solo puede confirmar que no se trató de "un acto de terror o de terrorismo" y prometió despejar las incógnitas que surgen del caso lo antes posible, para lo que los agentes "trabajan duramente".

El más joven de los heridos llevados al Lee Memorial Hospital después del tiroteo tiene 12 años y el mayor, 27.

En el club, donde se celebraba una fiesta llamada "Swimsuit Glow" (literalmente brillo del traje de baño), se registraron escenas de pánico y caos, según relataron a los medios algunos de los asistentes y otros escribieron en sus cuentas de las redes sociales.

Uno de estos últimos, citado por el canal local WINK News, describió lo que vio cuando empezaron los disparos como "una casa de locos", en la que la gente corría para todos lados y buscaba refugio donde fuera, mientras unos lloraban y gritaban y otros hablaban con sus padres y amigos por teléfono.

La dirección de Club Blu declaró en su cuenta de Facebook que manifiesta su "profundo pesar" por lo ocurrido y asegura que "trataron de poner a disposición de los adolescentes lo que pensaban que era un lugar seguro para pasar un buen rato", con guardias de seguridad dentro y fuera del local.

El gobernador de Florida, el republicano Rick Scott, garantizó hoy en Fort Myers toda la ayuda que las autoridades de la ciudad puedan necesitar para resolver el caso, mientras la fiscal general del estado, Pam Bondi, prometió a las víctimas y familiares ayuda monetaria para afrontar gastos médicos y laborales derivados de la situación.

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