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España, más de lo mismo

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Adolfo ValenzuelaSanto Domingo

Los españoles votaron en diciembre de 2015 y los ganadores fueron los Populares con 123 escaños y, recientemente, también se llevaron la victoria, con 137, aumentado su cifra en 14. La proporción de los demás fue más o menos la misma: PSOE (90 en el 2015) 137, perdiendo 14; Unidos Podemos quedó igual con 71; y Ciudadanos (40 y 32, perdiendo 8 en la última votación).

Sin dudas España entiende que el Partido Popular debe ser el partido político que debe encabezar el gobierno, pero, de nuevo, el juego está trancado, bajo una postura firme y sin esperanza de negociar.

Los principales partidos alegan que rechazan apoyar al gobierno de Mariano Rajoy “por su relación con casos de corrupción y recortes de gasto social”, razón por la que se tuvo que ir hacia unas segundas elecciones el 27 de junio pasado.

En otras palabras, se volvió al punto inicial, pese varios intentos de otros partidos para formar gobierno en el interín.

Ahora, por ejemplo, el PSOE declaró que sus votantes los han colocado en la oposición, y que ese será su rol político.

Sin embargo, Albert Rivera, líder de Ciudadanos propuso una coalición tripartita en la que participarían ellos, el PP y el PSOE.

La cuarta fuerza, Unidos Podemos, también planteó su rechazo a apoyar a la formación de gobierno, alegando que “no permitirá otro gobierno de saqueo y de duras políticas de austeridad”.

Los tiempos cambian y con ellos las relaciones entre los partidos políticos.. Aquellos “mayoritarios” están acostumbrados a gobernar con una cifra a su favor en el Parlamento/Congreso, lo cual permite llevar a la práctica las directrices y los proyectos adaptados a “sus necesidades”.

Ahora no basta ganar. Por lo menos en España, y bajo esta circunstancia, tendrán que aprender a negociar a fondo con los opositores.

Las presiones internas aumentan y las externas no se quedan atrás. Ya el fantasma de la crisis económica ha ido desapareciendo, pero con el problema del “Brexit”, más vale mantenerse unidos y fuertes que desunidos y débiles.

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