Santo Domingo 23°C/23°C clear sky

Suscribete

Esquema de seguridad papal

Fuerzas de seguridad brasileñas se acusaron mutuamente el martes por permitir que una muchedumbre frenética de católicos se abalanzara sobre el Fiat que movilizaba al papa Francisco del aeropuerto al centro de Río, donde lo esperaba un carro similar a un papamóvil, que el pontífice abordó después para saludar a los fieles que allí lo esperaban.El caos del lunes en la tarde arrojó, además, varios interrogantes acerca del plan de seguridad para proteger al santo padre, y sobre quién es responsable de ejecutarlo. Nadie asumió la responsabilidad por las escenas que alertaron a muchos, incluyendo a altos jerarcas de la iglesia, y que se iniciaron cuando el conductor del Fiat que llevaba al Papa del aeropuerto al centro de la ciudad se equivocó de carril al seguir al primer coche de la caravana oficial. Aún se desconoce quién manejaba ese primer vehículo, o para qué institución trabajaba el conductor. La Policía Federal de Brasil está a cargo de la seguridad del papa en Brasil a excepción del viaje a una zona rural de Río este fin de semana, donde el ejército dijo que garantizará la seguridad del potrero donde se va a celebrar una misa. Policías federales que controlan la seguridad del papa en las zonas urbanas de Rio dijeron a la prensa local que la culpa del impasse del lunes era de la Policía Federal de Caminos. Pero los policías de carreteras dicen que ellos sólo siguieron especificaciones establecidas por los federales. Ninguna de las fuerzas devolvió las llamadas realizadas por de The Associated Press el martes en busca de más información. Entre tanto, la oficina del alcalde de Río dijo que no sabía nada de la ruta que tomó el papa desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad y hasta el secretario general de la presidente Dilma Rousseff dijo que no sabía quién era el culpable del caos vehicular, pero que se sentía estaba "aliviado" de que Francisco hubiera salido ileso. El secretario de Transporte de Río, Carlos Osorio, dijo que el Fiat en el que viajaba Francisco se pasó al carril equivocado de la avenida Presidente Vargas, de 12 carriles. En lugar de tomar los de la izquierda, libres de tráfico, el carro tomó los de la derecha, que estaban atestados de autobuses y taxis, lo que detuvo el automóvil donde viajaba Francisco. Lo sucedido el lunes no proyectó la imagen de seguridad y confianza para una nación que vive protestas generalizadas desde hace un mes en contra de las políticas del gobierno, y que han paralizado decenas de ciudades, y que será el anfitrión de la Copa del Mundo en junio de 2014 y de los Juegos Olímpicos de 2016. "Yo fui uno de esos alarmados", dijo el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York y presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos. "Yo lo amo (a Francisco) y no quiero otro cónclave. Acabamos de terminar uno, así que no necesitamos que le pase algo, así que quizá necesitan ajustar la seguridad un poquito". "La gente de Brasil, la gente de América Latina tiende a ser entusiasta por naturaleza, simplemente son muy dinámicos en su fe", agregó. Queremos, destacó Dolan, "el entusiasmo, la bienvenida exuberante, esa no es la sorpresa. Esperábamos eso. La sorpresa fue él, que dijera .no necesito seguridad., .no necesito ese carro.. Pienso que ahora él sabe que lo necesita". El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, aclaró que pese a las multitudes, Francisco no va a cambiar su decisión de utilizar un vehículo similar al papamóvil sin blindaje, incluso para los eventos multitudinarios que siguen: el discurso que va a pronunciar en la playa de Copacabana el miércoles, la procesión de la Cruz del viernes, una vigilia prevista para el fin de semana y una misa en una zona rural de Río. Lombardi dijo que el pontífice deliberadamente optó por utilizar el mismo coche que utiliza en la Plaza de San Pedro, y no el papamóvil blindado, a prueba de balas, para estar más cerca de la gente e interactuar con ellos. Esa monumental plaza, sin embargo, es un escenario cerrado y bajo estricto control: policías italianos y del Vaticano rodean el lugar, los fieles son mantenidos detrás de altas barreras y equipos de guardaespaldas acompañan al auto todo el tiempo. "Obviamente él desea tener la posibilidad de un contacto muy directo con la gente", dijo Lombardi. "Esto es claro y no una militarización de la situación. Pero las soluciones concretas no son escogidas por él. El carro es igual al que usa en (la plaza de) San Pedro, pero modificado con el techo abierto". El pontífice, después de todo, es un hombre que rompe las reglas y el protocolo, dijo el alcalde de Rio de Janeiro, Eduardo Paes, horas antes del arribo el lunes de su ilustre visitante desde Roma. Pero quizá ni él imaginó lo que se avecinaba. "Primero, el papa Francisco quiere estar cerca del pueblo", dijo el arzobispo de Sao Paulo, Odilio Scherer. "Segundo, no ocurrió nada demás ayer, incluso cuando estaba preso en tránsito. Tercero, las autoridades de seguridad están haciendo su trabajo. Cuarto, no debemos exagerar en las cuestiones de seguridad como si fueran elementos peligrosos los que se le acercan. Somos gente de paz". El giro erróneo generó un pandemonio de unos 15 minutos en los que el Fiat transitó por una vía atascada y donde la gente tampoco tenía barreras que le impidieran acercarse al vehículo. ¿El Resultado Francisco, sentando en la parte posterior derecha, con su ventanilla abierta lo que le permitía extender su mano y saludar a quien quisiera, mientras su escolta empujaba a los cientos de personas que se abalanzaron sobre el carro. El secretario general de la Presidencia brasileña, Gilberto Carvalho, dijo que se trató "de un error de carril" y que aún no saben exactamente cómo ocurrió o quién se equivocó porque al frente del carro papal iba otro vehículo encabezando el convoy, además de varias motocicletas que intentaban abrir el paso. Superado el incidente, el papa descendió del Fiat a un auto Mercedes Benz blanco, parecido al papamóvil que también usa en El Vaticano, sólo que no es totalmente cerrado pues la parte superior está abierta. Al inicio de la visita, las autoridades brasileras dijeron que cerca de 10.000 policías y más de 14.000 soldados harían parte integral del plan de seguridad previsto para la visita papal, pero el lunes prácticamente no se vieron uniformados a lo largo de la ruta en la que Francisco fue rodeado por la multitud. Hubo pocas barricadas instaladas a lo largo de la ruta y miles de fieles fácilmente flanquearon las calles que debían haber sido bloqueadas al público. En algunos lugares de la ruta, unas tres docenas de escoltas papales hicieron una cadena humana para mantener a la multitud a raya. "Creo que de entrada faltó lo que llamamos falta de previsión del riesgo", dijo Darío Prada Maldonado sobre las muchedumbres acercándose al Fiat. Prada es dueño de una empresa de seguridad en Colombia que presta, entre otros, el servicio de escoltas. "En una emergencia de esas hay que llamar a la cordura y manejar el fervor religioso por lo que representa el personaje (del papa Francisco) actualmente a nivel mundial. A la gente (de Río de Janeiro), creo yo, su presencia les permitió exteriorizar esa expectativa, esa esperanza de estar cerca de él, mas no con el propósito de agresión". En Rio de Janeiro, Paulo Storani, experto en seguridad, indicó que en el caso del vehículo rodeado por fieles hay dos aspectos que tiene que ser analizados. "Desde el punto de vista de un jefe de Estado, y el papa es un jefe de Estado, es inaceptable lo que sucedió", dijo. "Esa proximidad que las personas tuvieron con él fueron un riesgo de seguridad y hasta para su imagen". Pero "por otro lado, tratándose del jefe de una iglesia y una figura carismática como es el papa, la situación es diferente porque él mismo quiere tener esa proximidad con las personas. La comitiva de seguridad tiene que adaptarse para evitar riesgos a la integridad física de él", agregó Storani. La actitud del papa "fue valiente en ir en carro abierto y no creo que va a cambiar esa actitud, pero va a necesitar mucha más atención para su seguridad". Se va a necesitar "más trabajo de inteligencia policial para detectar amenazas potenciales a la seguridad del papa y mayor presencia de agentes policiales vestidos de civil en el medio de la multitud para trabajar en su seguridad". Antes de ser papa, Francisco dejó claro que la iglesia Católica debe dejar de ser una institución tan cerrada y autorreferencial y que debe salir a los confines del mundo para interactuar con los más marginados. Muchos cardenales han llamado la atención al discurso que Francisco cuando era el cardenal Jorge Mario Bergoglio, días antes de ser elegido como representante de Cristo en la tierra, en el que señaló claramente la misión de la iglesia. La iglesia, dijo en su discurso, debe "avanzar hacia la periferia, no sólo geográfica, sino también existencial: hacía el pecado, al sufrimiento, a la injusticia, a la ignorancia y la abstención religiosa, a la miseria." "Cuando la iglesia no sale de sí misma para evangelizar, se vuelve autorreferencial y por lo tanto se enferma... Los males que, con el tiempo, se producen en las instituciones eclesiásticas tienen su raíz en (ser auto-referencial); una especie de narcisismo teológico", dijo entonces Bergoglio. Cuando se convirtió papa, esas palabras se volvieron acciones, incluso antes de su viaje a Río de Janeiro. Su primera visita a una parroquia en Roma fue a una iglesia en un barrio pobre en las afueras de la capital. Su primer viaje fuera de Roma fue a Lampedusa, en la península italiana, una islita cerca de África, dónde lamentó la muerte de los inmigrantes que tratan de llegar a Europa.

Tags relacionados