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Turismo

Santurce es ley, Lote 23, cuisine foodtrucks...

Este lugar es considerado como el epicentro del arte urbano. En varias esquinas resaltan dibujos de famosos como Carlos Marichal y Augusto Marín.

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Carmenchu BrusíloffSanto Domingo

Arte pop, pintadas, graffitti, dibujos... Cada cual lo visualiza a su manera. Son murales en paredes exteriores de edificios habitados, locales comerciales, casas abandonadas o solares baldíos que en el municipio de San Juan, Puerto Rico, se han convertido en parte llamativa del turismo cultural.

Mi hija Carmen, mi nieta Carmel y yo decidimos enrumbar por algunas de las rutas del barrio de Santurce. (Cada ruta se identifica por un color: azul, amarilla, verde, rosada). Hasta el año 2015 se estuvo publicando un folleto con las rutas. Quien lo tiene lo conserva como un tesoro, hasta que las finanzas permitan a la oficina correspondiente de Turismo reanudar su publicación. Al fin y al cabo, para muchos visitantes es un atractivo de la capital boricua.

Santurce es considerado como el epicentro del arte urbano. Aquí nació un movimiento de arte público generado por la comunidad artística: Santurce es Ley. Su objetivo “devolver el valor arquitectónico a espacios abandonados, a través del arte y urbanismo”. Hay otros colectivos formados con tal finalidad.

Carmel, que conoce bien el tema, comenta que hoy día la actividad de pintar murales se realiza una vez al año. Al pasar frente al mural de la avenida Fernández Juncos número 33, explica que lo cambian con cierta regularidad, “porque los dueños del bar (que funciona en el edificio) pagan a los artistas por su realización. En este sitio hacen ‘art shows’ y cine shows”.

Proseguimos nuestra andadura. En un solar baldío de la calle Bolívar casi esquina Santa Ana comparten uno junto al otro varios murales y graffitis. No es que varíe mucho la proyección de abandono del área, pero vivifican la desolación.

En varias esquinas resaltan dibujos de famosos en Borinquen, como Carlos Marichal (1923-69) y Augusto Marín (1921-2011). Según mi nieta, son litografías con papel y pintura para quedar pegadas. Estamos ante el Teatro Arriví. Algunos de los personajes son figuras actuales, como Myrna Báez.

Tras un corto caminar llegamos a Lote 23, así llamado porque aquí estuvo la llamada parada 23 del autobús, cuando éstas eran numeradas. Hoy en el terreno, donde resalta un gigantesco mural a nivel alto, funcionan varios “cuisine foodtrucks”. “Son carritos gastronómicos propiedad de gente joven, que está a cargo de su propio carrito. En ellos preparan comida innovadora. También en este terreno hacen música en vivo”, dice Carmel. Al fondo, una sencilla tarima sirve de escenario. El conjunto de actividades es atractivo turístico, aunque su clientela es mayormente nativa.

(A unas cuadras, en la avenida Ponce de León, hay un local del Partido Revolucionario Dominicano. Y en la esquina con Bolívar, el Consulado de República Dominicana).

De nuevo en auto miramos al pasar otros murales urbanos. En la avenida Fernández Juncos esquina Borinquen, frente a la parada del Sagrado Corazón, en el tren urbano, impacta la figura que parece el rostro momificado de una religiosa. Es La Virgen de la Discordia. En sus manos, un alambre simboliza un rosario. Su autor es chileno. Firma como Inti. Impresionante.

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