El éxito del verde esperanza

El éxito de la Marcha Verde que tuvo lugar el domingo, es indiscutible. Pocas veces hemos contemplado una multitudinaria marcha de este calibre, ríos de gente ataviada de verde, derramada a lo largo de las calles por donde tuvo lugar el recorrido, el cual tuvo todas las características de una fiesta cívica. Contrario a lo que generalmente sucede con las manifestaciones políticas, compuestas por gente llevada a propósito por los organizadores, mediante incentivos de diversa índole, este acontecimiento del domingo atrajo a miles sin necesidad de sobornos. Acudieron convencidos de que su presencia era necesaria para reclamar el fin de la impunidad, de la corrupción y los negocios sucios que han arropado a los gobiernos de turno en los últimos tiempos. Nadie les prometió un puesto, ni les dio dinero. Fue realmente una fiesta cívica de gente empeñada en adecentar el terruño que los vio nacer.

La voz del pueblo es la voz de Dios y este pueblo quiere decencia, justicia y trasparencia. El movimiento verde tiene todas las cartas para convertirse en el verdugo de la corrupción. Con el respaldo de un movimiento tan poderoso, el gobierno que surja podrá gobernar con la gente y para la gente, con la garantía de la trasparencia y la honradez. Ni qué decir de Emma que estuvo presente con su combo de amigos y compadres, todos marcharon desde la Máximo Gómez hasta la Feria, entusiasmados y contentos, convencidos como lo hacía la multitud que estaba haciendo Patria.