Belleza en San Francisco de Macorís

Buen día mis queridos lectores. Espero que todo esté bien en sus casas y en sus vidas. Hoy vengo con mucho entusiasmo a contarles lo emocionada que estoy por ver cómo nuestro país posee pueblos que se desarrollan por sí solos. Este es el caso de San Francisco de Macorís, donde fui recientemente a pasarme un domingo, que les aseguro disfruté a plenitud. Aunque he ido varias veces a ese pueblo, fue en esta oportunidad que pude apreciar cuán hermoso está y cómo se ha desarrollado en lo que tiene que ver con el comercio y con su infraestructura. Hermosas mansiones, residenciales que no tienen nada que envidiarle a los que hay en los más privilegiados sectores de la Capital. Un aspecto que llamó mi atención es su higiene. Les cuento que ese pueblo luce limpiecito, ornamentado, bien estructurado, y con todas las de la ley para recibir a visitantes que quieran disfrutar de sus modernas discotecas, sus lujosos bares o simplemente de sus acondicionadas calles. No me detuve a prestar atención a la delincuencia e inseguridad que dicen que abunda en el lugar. Me concentré en observar que mientras más exploro los pueblos de mi país más admiro el potencial turístico que posee. Lo digo porque puede que San Francisco no disponga de playas, por ejemplo, pero les aseguro que quienes se hospeden en uno de sus hoteles, por modesto que sea, tendrá a su disposición un rosario de atractivos que de seguro les cautivarán y les llevarán a repetir este destino.

Y no me refiero a turistas extranjeros solamente. Hago alusión a los dominicanos que a veces queremos experimentar nuevas vivencias en recorridos por los pueblos, pues al tiempo que vamos conociendo, gozamos de todo lo que tienen éstos para complacernos. En San Francisco también encontré gente hospitalaria, cariñosa y muy atenta que presta un servicio de primera donde quiera que trabaja para halagar al visitante. Así que hoy los invito a que en estas vacaciones que están por comenzar se den una vuelta por este pueblo donde se deja sentir el avance y el trabajo de muchos dominicanos que han emigrado a Estados Unidos pero invierten el dinero que se ganan allá, en su país. De ahí el progreso que se aprecia en San Francisco, donde encontrarán cosas que solo las tienen ellos. Hasta la próxima semana si Dios quiere. Chao.