Empoderarse no es sentirse superior

Creo en la equidad de género y estoy a favor de ella. Creo en que tanto el hombre como la mujer tienen los mismos derechos y, por supuesto, los mismos deberes. Creo en que el sexo débil no debe medirse por la fuerza física, sino por las capacidades de cada individuo. En fin, creo en que sí es posible lograr la igualdad de género. Y digo igualdad porque realmente no es lo mismo que equidad. La primera es cuando todos recibimos el mismo trato; la segunda es cuando cada quien recibe el que merece.

Es a partir de esta realidad que hoy quiero plantear mi parecer respecto al famoso término ‘empoderarse’, pues siento que hay quienes han confundido su definición (ser capaces de decidir y tomar responsabilidad de nuestras decisiones en la vida, y de todo lo que suceda a nuestro alrededor), y lejos de hacer justicia a este concepto se ‘empoderan’ para maltratar con palabras y hasta con hechos a su prójimo. Y yo me pregunto: ¿significará empoderarse sentirse superior a los demás? La respuesta la busqué en una ciudad fabulosa donde efectivamente contacté que no estoy equivocada, que el llamado a que la mujer, en el caso particular de la igualdad de género, se empodere, lo que busca es que ésta haga valer sus derechos como ser humano, no como ser superior. En este lugar me mostraron que la pugna entre hombre-mujer por ser tratados de la misma manera en todos los ámbitos de la vida no existe. Todo el mundo es igual. No hay discriminación, el sueldo es igual para quienes realizan una misma labor. Se paga por capacidad, no por ser hombre o mujer. Allí no hay cabida para atropellar al prójimo, aunque sí se estila estimular a la gente a que se empodere pero para su propio bienestar, nunca para sentirse más que los demás. Ojalá en nuestra realidad nos encaminemos a ello.