Es primavera…

Es primavera… la estación que al vestirse de colores predica la alegría, y al enseñar nuevos retoños invita a renacer. La que nos dice que es tiempo de dejar ir el invierno con todos sus encantos, para dar paso a nuevos amaneceres que se adornan con verdes capullos, lindas flores y unas cuantas mariposas imaginarias. La que a través de los frutos nos da la impresión de abundancia, y nos prepara para nuevas posibilidades de florecer en bendiciones.

Es primavera… Intento con todo el alma volar a otras dimensiones para llenar de positivismo esta columna. Trato de ver luz donde hay sombras, sonrisas donde hay llanto, y esperanza donde hay desconsuelo. Pretendo que la impotencia no arrope mi día a día y que la desconfianza no me encierre en la cárcel del temor. Quiero reir, alegrar, inspirar, luchar, soñar, ser yo…, por eso imagino y espero que el bien será posible, y que puedo contribuir a crear la vida que deseo para mí, mi familia y mi prójimo.

Refresco mi mente, y buscando el espíritu de Dios en mi interior, revivo mi alma, y siento que mi espíritu se rejuvenece como si un reservorio de vida y vigor estuviera esperando ser liberado. Afirmo fortaleza, me lleno de energía y me renuevo.

Es primavera…con humildad espero el resurgimiento de lo nuevo y me presto a creer que despertaremos de este odioso letargo, para hacer de la dignidad nuestra consigna. Es primavera… Abandono el sentimiento de ansiedad y elijo pensar que sabremos defender la Patria hasta alcanzar la gloria de vivir en paz.