Santo Domingo 25°C/26°C scattered clouds

Suscribete

Defensa

¡Cuidado con la culpa!

La proyección es un mecanismo de defensa que consiste en atribuir de forma inconsciente los defectos, dudas, miedos o emociones propios a otra persona.

Acusar. Estas personas culpan a sus semejantes de todo lo que les ocurre.

Acusar. Estas personas culpan a sus semejantes de todo lo que les ocurre.

En más de una ocasión escuchamos personas que culpan a otros de sus propios errores. Frases como: “por tu culpa llegué tarde”, “por tu culpa no logro ser feliz”; entre una lista sin fin de argumentos que reflejan esta acción de culpar a todo el que nos rodea (pareja, hijos, política, sociedad...) de todo lo que nos sale mal e incluso de nuestras reacciones y respuestas emocionales.

La proyección es un mecanismo de defensa que consiste en atribuir de forma inconsciente los defectos, dudas, miedos o emociones propios a otra persona.

Este proceso defensivo tan común, además de causar serios problemas en las relaciones interpersonales, es en ocasiones muy difícil de detectar, ya que se realiza inconscientemente tanto por las personas que lo proyectan como por quienes lo sufren.

Todos rechazamos alguna parte de nosotros mismos que no nos gusta, que nos hace “malos” o “poco validos”, incluso en ocasiones, hasta violentos.

En la proyección encontramos un mecanismo rápido y sutil para esconder esas actitudes que consideramos incorrectas.

Así, nuestro ego se mantiene intacto: culpamos a los demás en lugar de reconocer nuestros propios errores, nuestras imperfecciones.

Todos hemos proyectado nuestros miedos alguna vez, aunque no seamos conscientes de ello. Lo hacemos porque nos sentimos culpables o inseguros de nosotros mismos. Los celos infundados son un claro ejemplo de este tipo de proyección, ya que surgen siempre de la baja autoestima de quien los siente.

Si te reconoces tal y como eres, con tus defectos y virtudes, sabiendo que nadie es perfecto ni absolutamente correcto, sentirás un gran alivio y evitarás la necesidad inconsciente de proyectarse en otras personas. La autoestima, que es la facultad que te permite quererte y aceptarte como eres, es imprescindible para conseguirlo.

Tenemos la responsabilidad de asumir las consecuencias de nuestras acciones y reconocerlo a fin de mejorar como seres humanos, comprendiendo que nadie es culpable de nuestras decisiones, emociones, y aun menos de la felicidad que como individuos nos corresponde tener bajo control propio.

Tags relacionados